proclamen el Evangelio
«…les echó en cara su incredulidad y dureza de corazón, porque no habían creído a los que lo habían visto resucitado.
Y les dijo: «Vayan al mundo entero y proclamen el Evangelio a toda la creación».
Sábado de la Octava de Pascua | 06 de Abril del 2024 | Por Miguel Damiani
Lecturas de la Fecha:
- Hechos 4,13-21
- Salmo 117,1.14-15.16-18.19-21
- San Marcos 16,9-15
Reflexión sobre las lecturas
proclamen el Evangelio
No basta creer. Todo el que cree, debe proclamarlo. Así, creer y proclamar son las dos caras de una misma y única moneda: la salvación. El Señor ha muerto y resucitado para salvarnos de la condenación eterna. ¡Es preciso gritarlo a los cuatro vientos!
¿Por qué? Porque es la mejor noticia que ha recibido nunca la humanidad y debe conocerla todo el mundo. ¿Por qué? Porque solo conociendo esta noticia podremos dar respuesta al mayor enigma de nuestra existencia: el sentido de la vida.
No se puede pretender que alguien pueda dar respuesta certera a la razón de nuestra existencia sin conocer este hecho único y trascendente. Jesucristo ha cumplido su tarea. Ahora nos toca a nosotros. En términos futbolísticos: la pelota está en nuestra cancha.
Es preciso proclamar esta Buena Noticia
Proclamen el Evangelio a toda la creación es el mandato que en justicia exige el Señor a los que, habiendo visto, oído y vivido estos acontecimientos, deben testificar. No pueden dejar de hacerlo, porque serían unos incrédulos y duros de corazón. Yo diría: cínicos.
Y así lo fueron entendiendo ellos, de otro modo no hubiera llegado hasta nosotros el Evangelio. Y vaya que tiene un mérito enorme que millones podamos confesar esta fe desde Hispanoamérica, África, parte de Asia, parte de Europa y Oceanía.
Podemos decir que en general los apóstoles y discípulos se tomaron muy en serio este mandato. Muchísimo murieron martirizados, a ejemplo de Jesucristo, por proclamar el Evangelio. Y, ¿cuál es esta Buena Noticia? ¡Qué Jesucristo ha resucitado! ¡Ha vencido a la muerte!
¡La primicia es única!
Entiéndase que no ha habido ni habrá jamás un hecho histórico de mayor trascendencia en el mundo. Este solo hecho otorga credibilidad a todo cuanto después escribieron los Evangelistas. Constituye el núcleo, la columna o la piedra angular a la que las Escrituras se refieren.
Todos los relatos de los hechos, viajes, personajes y milagros que se narran y describen en los Evangelios, así como las Palabras de Jesucristo, quedan corroboradas. Por eso es que San Pablo afirma: si Cristo no ha resucitado, vana es nuestra fe.
No se trata de avalar cualquier política, ni adaptarse, ni adecuarse al mal menor. La Verdad es única y hay que proclamarla. Si hay algún derecho es que todos deben tener la oportunidad de conocer esta Verdad, porque de ello depende en gran medida que alcancemos la Vida Eterna.
El Premio Mayor
El Premio Mayor, tanto para los que proclamen el Evangelio como para los que reciban gozosos esta Buena Noticia, es la Vida Eterna. Porque el que sabe, el que la conoce, el que cree, tiene el deber de proclamarla. Es lo justo y es el mandato del mismo Jesucristo.
El que la rechace, en uso de sus facultades, se condena a sí mismo. Hemos sido creados libres. Si Dios Padre hubiera querido imponerse a la fuerza, no hubiera permitido el sacrificio de Jesucristo, Su Hijo y nos hubiera hecho esclavos.
Tal como Jesucristo nos enseña, hemos de escoger entre Dios y el Dinero. Y la mención específica al Dinero no es accidental, ni simbólica. Pudo haber nombrado cualquier otro objeto. Pero lo cierto es que, lamentablemente muchos de nosotros hemos puesto al Dinero en el lugar que le corresponde a Dios.
¿Es el Dinero malo?
No. Lo malo es que hayamos hecho del dinero la razón de nuestra existencia. Las decisiones en torno a este y todo lo que este implica ocupan el mayor tiempo y lugar en nuestras vidas. Solo para un woke permanece oculto que las guerras en cursos con miles de muertos y amenazando a millones son por Dinero.
Las estadísticas calculan que desde que se aprobó la interrupción del embarazo (¿?) en el mundo se ha dado muerte a más bebes que habitantes tiene China. ¿Cuáles son las motivaciones de fondo para estas interrupciones que luego no se pueden reanudar? Por donde se vea, son económicas. Es decir: por Dinero.
¿Alguien con cuatro dedos de frente puede creer honestamente que los planes globalistas de estas élites que tienen como fecha de vencimiento finales de esta década son altruistas? Pues se equivoca. Están dirigidos a sortear las consecuencias de los malos manejos económicos e incrementar ganancias a costa de sus víctimas. Otra vez Don Dinero.
Sacerdotes, profetas y reyes
Eso es lo que estamos llamados a ser todos los bautizados. Sacerdotes para consagrar a Dios todo cuanto nos rodea y especialmente nuestros hogares, nuestras familias, amigos y enemigos, porque no hay nada sobre la tierra que no haya sido creado por Dios.
Profetas, porque tenemos el deber de llamar la atención a cuantos se alejan del Plan de Dios. De denunciar lo que está mal, lo que nos hace daño, lo que nos divide, hiere y aleja, para enmendarlo buscando el Bien Común.
Reyes, porque hemos sido dotados de inteligencia, voluntad y libertad para gobernar toda la Creación, conforme a los designios de Dios. Estamos llamados a poblar y henchir la Tierra, esto es llevarla hasta los límites que nuestras facultades correctamente aplicadas lo permitan, siendo justos, amorosos y misericordiosos, a ejemplo de nuestro Padre.
(59) vistas