La Agenda 2030 es el Plan maestro jamás urdido por la ONU. Así que empezaremos por descubrir que es la ONU, para quienes todavía no lo saben ¿Qué es la ONU? Podemos decir que es uno de los principales anhelos y sueños de la élite millonaria del mundo. Élite que desde fines del siglo XVIII y comienzos del XIX se ha ido consolidando.
Mucho antes de las dos terribles Guerras que asolaron el mundo en el siglo XX, la Primera y Segunda Guerra Mundial, ya se venía gestando esta especie de alianza para la gobernanza mundial. Un foro que pudiera atender y manejar las diferencias globales para encausarla según los criterios de sus mentores principales.
Mientras el Padre Sosa, jesuita, presenta un alegato por la paz, el Papa Francisco, jesuita, viene dinamitando desde hace rato las bases de la unidad de nuestra Iglesia.
¿Sino, cómo explicar el cataclismo desatado con las Bendiciones a parejas del mismo sexo y a las irregulares?
¿Cuál es la Agenda que sigue el Papa?
¿Con qué clase de asesores cuenta? ¿Quién puede estar interesado a cualquier precio en poner un partidor de aguas en nuestra Iglesia?
La Ideología de Género y nuestros pusilánimes congresistas
En general todos estamos de acuerdo en que una de las instituciones más desprestigiadas y devaluadas del Perú es el Congreso. Ellos mismos lo saben. Esto se replica con ligeros matices en USA, España, Francia, Italia, Brasil, Venezuela, Colombia, Ecuador, Bolivia, Chile y un largo etcétera. ¿Por qué? Porque los pueblos a los que dicen representar sabemos que lo único que buscan la mayoría de ellos es enriquecerse inescrupulosamente a costa de las necesidades y demandas de los pueblos. Eso es igual aquí, en la China y en la Conchinchina.
Los que ocupan los Congresos, en general, son inescrupulosos y no constituyen ejemplo de vida para nadie. Son, lo que diríamos, un mal necesario. Por eso, el que se diga que el Congreso ha aprobado una ley o determinada práctica, aunque legitima legalmente tal actividad, no constituye necesariamente la mejor opción posible para la sociedad. Normalmente favorecerá los negocios e intereses de un sector. Eso lo sabe el pueblo y por eso sospechamos de cada gobernante y no sin razón muchas veces hacemos sentir nuestra protesta, obligando a dar marcha atrás a disposiciones draconianas, abusivas o desquiciadas destinadas a favorecer intereses mezquinos en desmedro de los pueblos.