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Marcos 4,26-34 – de noche o de día, el grano brota y crece

de noche o de día, el grano brota y crece

“El Reino de Dios es como un hombre que echa el grano en la tierra; duerma o se levante, de noche o de día, el grano brota y crece, sin que él sepa cómo.”

Domingo 11ra Semana del T. Ordinario | 17 de Junio del 2018 | Por Miguel Damiani

Lecturas de la Fecha:

Reflexión sobre las lecturas

de noche o de día, el grano brota y crece

El Reino de Dios es un Don del que Él mismo ha querido hacernos partícipes. Nosotros debemos tener confianza y esperanza en Él puesto que ha sido Su Voluntad sembrarlo entre nosotros, para que un día todos podamos gozar de él.

Una vez plantado por Jesucristo, como toda obra de Dios, llegará a cumplir el cometido para el cual fue creado. Nosotros no lo podemos ver, pero va creciendo día y noche, como la semilla que siembra el labrador, hasta que un día de frutos y finalmente haya que cegarla.

el grano brota y crece

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Marcos – Capítulo 16 – ha resucitado

Marcos – Capítulo 16 – ha resucitado

1. Pasado el sábado, María Magdalena, María la de Santiago y Salomé compraron aromas para ir a embalsamarle.
2. Y muy de madrugada, el primer día de la semana, a la salida del sol, van al sepulcro.
3. Se decían unas otras: «¿Quién nos retirará la piedra de la puerta del sepulcro?»
4. Y levantando los ojos ven que la piedra estaba ya retirada; y eso que era muy grande.
5. Y entrando en el sepulcro vieron a un joven sentado en el lado derecho, vestido con una túnica blanca, y se asustaron.
6. Pero él les dice: «No se asusten. Buscan a Jesús de Nazaret, el Crucificado; ha resucitado, no está aquí. Vean el lugar donde le pusieron.
7. Pero vayan a decir a sus discípulos y a Pedro que irá delante de ustedes a Galilea; allí le verán, como les dijo.»
8. Ellas salieron huyendo del sepulcro, pues un gran temblor y espanto se había apoderado de ellas, y no dijeron nada a nadie porque tenían miedo…
9. Jesús resucitó en la madrugada, el primer día de la semana, y se apareció primero a María Magdalena, de la que había echado siete demonios.
10. Ella fue a comunicar la noticia a los que habían vivido con él, que estaban tristes y llorosos.
11. Ellos, al oír que vivía y que había sido visto por ella, no creyeron.
12. Después de esto, se apareció, bajo otra figura, a dos de ellos cuando iban de camino a una aldea.
13. Ellos volvieron a comunicárselo a los demás; pero tampoco creyeron a éstos.
14. Por último, estando a la mesa los once discípulos, se les apareció y les echó en cara su incredulidad y su dureza de corazón, por no haber creído a quienes le habían visto resucitado.
15. Y les dijo: «Vayan por todo el mundo y proclamen la Buena Nueva a toda la creación.
16. El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará.
17. Estas son las señales que acompañarán a los que crean: en mi nombre expulsarán demonios, hablarán en lenguas nuevas,
18. agarrarán serpientes en sus manos y aunque beban veneno no les hará daño; impondrán las manos sobre los enfermos y se pondrán bien.»
19. Con esto, el Señor Jesús, después de hablarles, fue elevado al cielo y se sentó a la diestra de Dios.
20. Ellos salieron a predicar por todas partes, colaborando el Señor con ellos y confirmando la Palabra con las señales que la acompañaban.

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Marcos – Capítulo 15

Marcos – Capítulo 15

1.Pronto, al amanecer, prepararon una reunión los sumos sacerdotes con los ancianos, los escribas y todo el Sanedrín y, después de haber atado a Jesús, le llevaron y le entregaron a Pilato.
2.Pilato le preguntaba: «¿Eres tú el Rey de los judíos?» El le respondió: «Sí, tú lo dices.»
3.Los sumos sacerdotes le acusaban de muchas cosas.
4.Pilato volvió a preguntarle: «¿No contestas nada? Mira de cuántas cosas te acusan.»
5.Pero Jesús no respondió ya nada, de suerte que Pilato estaba sorprendido.
6.Cada Fiesta les concedía la libertad de un preso, el que pidieran.
7.Había uno, llamado Barrabás, que estaba encarcelado con aquellos sediciosos que en el motín habían cometido un asesinato.
8.Subió la gente y se puso a pedir lo que les solía conceder.
9.Pilato les contestó: «¿Queréis que os suelte al Rey de los judíos?»
10.(Pues se daba cuenta de que los sumos sacerdotes le habían entregado por envidia.)
11.Pero los sumos sacerdotes incitaron a la gente a que dijeran que les soltase más bien a Barrabás.
12.Pero Pilato les decía otra vez: «Y ¿qué voy a hacer con el que llamáis el Rey de los judíos?»
13.La gente volvió a gritar: «¡Crucifícale!»
14.Pilato les decía: «Pero ¿qué mal ha hecho?» Pero ellos gritaron con más fuerza: «Crucifícale!»
15.Pilato, entonces, queriendo complacer a la gente, les soltó a Barrabás y entregó a Jesús, después de azotarle, para que fuera crucificado.
16.Los soldados le llevaron dentro del palacio, es decir, al pretorio y llaman a toda la cohorte.
17.Le visten de púrpura y, trenzando una corona de espinas, se la ciñen.
18.Y se pusieron a saludarle: «¡Salve, Rey de los judíos!»
19.Y le golpeaban en la cabeza con una caña, le escupían y, doblando las rodillas, se postraban ante él.
20.Cuando se hubieron burlado de él, le quitaron la púrpura, le pusieron sus ropas y le sacan fuera para crucificarle.
21.Y obligaron a uno que pasaba, a Simón de Cirene, que volvía del campo, el padre de Alejandro y de Rufo, a que llevara su cruz.
22.Le conducen al lugar del Gólgota, que quiere decir: Calvario.
23.Le daban vino con mirra, pero él no lo tomó.
24.Le crucifican y se reparten sus vestidos, echando a suertes a ver qué se llevaba cada uno.
25.Era la hora tercia cuando le crucificaron.
26.Y estaba puesta la inscripción de la causa de su condena: «El Rey de los judíos.»
27.Con él crucificaron a dos salteadores, uno a su derecha y otro a su izquierda.
29.Y los que pasaban por allí le insultaban, meneando la cabeza y diciendo: «¡Eh, tú!, que destruyes el Santuario y lo levantas en tres días,
30.¡sálvate a ti mismo bajando de la cruz!»
31.Igualmente los sumos sacerdotes se burlaban entre ellos junto con los escribas diciendo: «A otros salvó y a sí mismo no puede salvarse.
32.¡El Cristo, el Rey de Israel!, que baje ahora de la cruz, para que lo veamos y creamos.» También le injuriaban los que con él estaban crucificados.
33.Llegada la hora sexta, hubo oscuridad sobre toda la tierra hasta la hora nona.
34.A la hora nona gritó Jesús con fuerte voz: «Eloí, Eloí, ¿lema sabactaní?», – que quiere decir – «¡Dios mío, Dios mío! ¿por qué me has abandonado?»
35.Al oír esto algunos de los presentes decían: «Mira, llama a Elías.»
36.Entonces uno fue corriendo a empapar una esponja en vinagre y, sujetándola a una caña, le ofrecía de beber, diciendo: «Dejad, vamos a ver si viene Elías a descolgarle.»
37.Pero Jesús lanzando un fuerte grito, expiró.
38.Y el velo del Santuario se rasgó en dos, de arriba abajo.
39.Al ver el centurión, que estaba frente a él, que había expirado de esa manera, dijo: «Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios.»
40.Había también unas mujeres mirando desde lejos, entre ellas, María Magdalena, María la madre de Santiago el menor y de Joset, y Salomé,
41.que le seguían y le servían cuando estaba en Galilea, y otras muchas que habían subido con él a Jerusalén.
42.Y ya al atardecer, como era la Preparación, es decir, la víspera del sábado,
43.vino José de Arimatea, miembro respetable del Consejo, que esperaba también el Reino de Dios, y tuvo la valentía de entrar donde Pilato y pedirle el cuerpo de Jesús.
44.Se extraño Pilato de que ya estuviese muerto y, llamando al centurión, le preguntó si había muerto hacía tiempo.
45.Informado por el centurión, concedió el cuerpo a José,
46.quien, comprando una sábana, lo descolgó de la cruz, lo envolvió en la sábana y lo puso en un sepulcro que estaba excavado en roca; luego, hizo rodar una piedra sobre la entrada del sepulcro.
47.María Magdalena y María la de Joset se fijaban dónde era puesto.

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Marcos – Capítulo 14

Marcos – Capítulo 14

1.Faltaban dos días para la Pascua y los Azimos. Los sumos sacerdotes y los escribas buscaban cómo prenderle con engaño y matarle.
2.Pues decían: «Durante la fiesta no, no sea que haya alboroto del pueblo.»
3.Estando él en Betania, en casa de Simón el leproso, recostado a la mesa, vino una mujer que traía un frasco de alabastro con perfume puro de nardo, de mucho precio; quebró el frasco y lo derramó sobre su cabeza.
4.Había algunos que se decían entre sí indignados: «¿Para qué este despilfarro de perfume?
5.Se podía haber vendido este perfume por más de trescientos denarios y habérselo dado a los pobres.» Y refunfuñaban contra ella.
6.Mas Jesús dijo: «Dejadla. ¿Por qué la molestáis? Ha hecho una obra buena en mí.
7.Porque pobres tendréis siempre con vosotros y podréis hacerles bien cuando queráis; pero a mí no me tendréis siempre.
8.Ha hecho lo que ha podido. Se ha anticipado a embalsamar mi cuerpo para la sepultura.
9.Yo os aseguro: dondequiera que se proclame la Buena Nueva, en el mundo entero, se hablará también de lo que ésta ha hecho para memoria suya.»
10.Entonces, Judas Iscariote, uno de los Doce, se fue donde los sumos sacerdotes para entregárselo.
11.Al oírlo ellos, se alegraron y prometieron darle dinero. Y él andaba buscando cómo le entregaría en momento oportuno.
12. El primer día de los Azimos, cuando se sacrificaba el cordero pascual, le dicen sus discípulos: «¿Dónde quieres que vayamos a hacer los preparativos para que comas el cordero de Pascua?»
13. Entonces, envía a dos de sus discípulos y les dice: «Vayan a la ciudad; les saldrá al encuentro un hombre llevando un cántaro de agua; síganle
14. y allí donde entre, digan al dueño de la casa: “El Maestro dice: ¿Dónde está mi sala, donde pueda comer la Pascua con mis discípulos?”
15. El les enseñará en el piso superior una sala grande, ya dispuesta y preparada; hagan allí los preparativos para nosotros.»
16. Los discípulos salieron, llegaron a la ciudad, lo encontraron tal como les había dicho, y prepararon la Pascua.
17. Y al atardecer, llega él con los Doce.
18. Y mientras comían recostados, Jesús dijo: «Yo les aseguro que uno de ustedes me entregará, el que come conmigo.»
19. Ellos empezaron a entristecerse y a decirle uno tras otro: «¿Acaso soy yo?»
20. El les dijo: «Uno de los Doce que moja conmigo en el mismo plato.
21. Porque el Hijo del hombre se va, como está escrito de él, pero ¡ay de aquel por quien el Hijo del hombre es entregado! ¡Más le valdría a ese hombre no haber nacido!»
22. Y mientras estaban comiendo, tomó pan, lo bendijo, lo partió y se lo dio y dijo: «Tomen, este es mi cuerpo.»
23. Tomó luego una copa y, dadas las gracias, se la dio, y bebieron todos de ella.
24. Y les dijo: «Esta es mi sangre de la Alianza, que es derramada por muchos.
25. Yo les aseguro que ya no beberé del producto de la vid hasta el día en que lo beba nuevo en el Reino de Dios.»
26. Y cantados los himnos, salieron hacia el monte de los Olivos.
27.Jesús les dice: «Todos os vais a escandalizar, ya que está escrito: Heriré al pastor y se dispersarán las ovejas.
28.Pero después de mi resurrección, iré delante de vosotros a Galilea.»
29.Pedro le dijo: «Aunque todos se escandalicen, yo no.»
30.Jesús le dice: «Yo te aseguro: hoy, esta misma noche, antes que el gallo cante dos veces, tú me habrás negado tres.»
31.Pero él insistía: «Aunque tenga que morir contigo, yo no te negaré.» Lo mismo decían también todos.
32.Van a una propiedad, cuyo nombre es Getsemaní, y dice a sus discípulos: «Sentaos aquí, mientras yo hago oración.»
33.Toma consigo a Pedro, Santiago y Juan, y comenzó a sentir pavor y angustia.
34.Y les dice: «Mi alma está triste hasta el punto de morir; quedaos aquí y velad.»
35.Y adelantándose un poco, caía en tierra y suplicaba que a ser posible pasara de él aquella hora.
36.Y decía: «¡Abbá, Padre!; todo es posible para ti; aparta de mí esta copa; pero no sea lo que yo quiero, sino lo que quieras tú.»
37.Viene entonces y los encuentra dormidos; y dice a Pedro: «Simón, ¿duermes?, ¿ni una hora has podido velar?
38.Velad y orad, para que no caigáis en tentación; que el espíritu está pronto, pero la carne es débil.»
39.Y alejándose de nuevo, oró diciendo las mismas palabras.
40.Volvió otra vez y los encontró dormidos, pues sus ojos estaban cargados; ellos no sabían qué contestarle.
41.Viene por tercera vez y les dice: «Ahora ya podéis dormir y descansar. Basta ya. Llegó la hora. Mirad que el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los pecadores.
42.¡Levantaos! ¡vámonos! Mirad, el que me va a entregar está cerca.»
43.Todavía estaba hablando, cuando de pronto se presenta Judas, uno de los Doce, acompañado de un grupo con espadas y palos, de parte de los sumos sacerdotes, de los escribas y de los ancianos.
44.El que le iba a entregar les había dado esta contraseña: «Aquel a quien yo dé un beso, ése es, prendedle y llevadle con cautela.»
45.Nada más llegar, se acerca a él y le dice: «Rabbí», y le dio un beso.
46.Ellos le echaron mano y le prendieron.
47.Uno de los presentes, sacando la espada, hirió al siervo del Sumo Sacerdote, y le llevó la oreja.
48.Y tomando la palabra Jesús, les dijo: «¿Como contra un salteador habéis salido a prenderme con espadas y palos?
49.Todos los días estaba junto a vosotros enseñando en el Templo, y no me detuvisteis. Pero es para que se cumplan las Escrituras.»
50.Y abandonándole huyeron todos.
51.Un joven le seguía cubierto sólo de un lienzo; y le detienen.
52.Pero él, dejando el lienzo, se escapó desnudo.
53.Llevaron a Jesús ante el Sumo Sacerdote, y se reúnen todos los sumos sacerdotes, los ancianos y los escribas.
54.También Pedro le siguió de lejos, hasta dentro del palacio del Sumo Sacerdote, y estaba sentado con los criados, calentándose al fuego.
55.Los sumos sacerdotes y el Sanedrín entero andaban buscando contra Jesús un testimonio para darle muerte; pero no lo encontraban.
56.Pues muchos daban falso testimonio contra él, pero los testimonios no coincidían.
57.Algunos, levantándose, dieron contra él este falso testimonio:
58.«Nosotros le oímos decir: Yo destruiré este Santuario hecho por hombres y en tres días edificaré otro no hecho por hombres.»
59.Y tampoco en este caso coincidía su testimonio.
60.Entonces, se levantó el Sumo Sacerdote y poniéndose en medio, preguntó a Jesús: «¿No respondes nada? ¿Qué es lo que éstos atestiguan contra ti?»
61.Pero él seguía callado y no respondía nada. El Sumo Sacerdote le preguntó de nuevo: «¿Eres tú el Cristo, el Hijo del Bendito?»
62.Y dijo Jesús: «Sí, yo soy, y veréis al Hijo del hombre sentado a la diestra del Poder y venir entre las nubes del cielo.»
63.El Sumo Sacerdote se rasga las túnicas y dice: «¿Qué necesidad tenemos ya de testigos?
64.Habéis oído la blasfemia. ¿Qué os parece?» Todos juzgaron que era reo de muerte.
65.Algunos se pusieron a escupirle, le cubrían la cara y le daban bofetadas, mientras le decían: «Adivina», y los criados le recibieron a golpes.
66.Estando Pedro abajo en el patio, llega una de las criadas del Sumo Sacerdote
67.y al ver a Pedro calentándose, le mira atentamente y le dice: «También tú estabas con Jesús de Nazaret.»
68.Pero él lo negó: «Ni sé ni entiendo qué dices», y salió afuera, al portal, y cantó un gallo.
69.Le vio la criada y otra vez se puso a decir a los que estaban allí: «Este es uno de ellos.»
70.Pero él lo negaba de nuevo. Poco después, los que estaban allí volvieron a decir a Pedro: «Ciertamente eres de ellos pues además eres galileo.»
71.Pero él, se puso a echar imprecaciones y a jurar: «¡Yo no conozco a ese hombre de quien habláis!»
72.Inmediatamente cantó un gallo por segunda vez. Y Pedro recordó lo que le había dicho Jesús: «Antes que el gallo cante dos veces, me habrás negado tres.» Y rompió a llorar.

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Marcos – Capítulo 13

Marcos – Capítulo 13

1.Al salir del Templo, le dice uno de sus discípulos: «Maestro, mira qué piedras y qué construcciones.»
2.Jesús le dijo: «¿Ves estas grandiosas construcciones? No quedará piedra sobre piedra que no sea derruida.»
3.Estando luego sentado en el monte de los Olivos, frente al Templo, le preguntaron en privado Pedro, Santiago, Juan y Andrés:
4.«Dinos cuándo sucederá eso, y cuál será la señal de que todas estas cosas están para cumplirse.»
5.Jesús empezó a decirles: «Mirad que no os engañe nadie.
6.Vendrán muchos usurpando mi nombre y diciendo: «Yo soy», y engañarán a muchos.
7.Cuando oigáis hablar de guerras y de rumores de guerras, no os alarméis; porque eso es necesario que suceda, pero no es todavía el fin.
8.Pues se levantará nación contra nación y reino contra reino. Habrá terremotos en diversos lugares, habrá hambre: esto será el comienzo de los dolores de alumbramiento.
9.«Pero vosotros mirad por vosotros mismos; os entregarán a los tribunales, seréis azotados en las sinagogas y compareceréis ante gobernadores y reyes por mi causa, para que deis testimonio ante ellos.
10.Y es preciso que antes sea proclamada la Buena Nueva a todas las naciones.
11.«Y cuando os lleven para entregaros, no os preocupéis de qué vais a hablar; sino hablad lo que se os comunique en aquel momento. Porque no seréis vosotros los que hablaréis, sino el Espíritu Santo.
12.Y entregará a la muerte hermano a hermano y padre a hijo; se levantarán hijos contra padres y los matarán.
13.Y seréis odiados de todos por causa de mi nombre; pero el que persevere hasta el fin, ése se salvará.
14.«Pero cuando veáis la abominación de la desolación erigida donde no debe (el que lea, que entienda), entonces, los que estén en Judea, huyan a los montes;
15.el que esté en el terrado, no baje ni entre a recoger algo de su casa,
16.y el que esté por el campo, no regrese en busca de su manto.
17.¡Ay de las que estén encinta o criando en aquellos días!
18.Orad para que no suceda en invierno.
19.Porque aquellos días habrá una tribulación cual no la hubo desde el principio de la creación, que hizo Dios, hasta el presente, ni la volverá a haber.
20.Y si el Señor no abreviase aquellos días, no se salvaría nadie, pero en atención a los elegidos que él escogió, ha abreviado los días.
21.Entonces, si alguno os dice: «Mirad, el Cristo aquí» «Miradlo allí», no lo creáis.
22.Pues surgirán falsos cristos y falsos profetas y realizarán señales y prodigios con el propósito de engañar, si fuera posible, a los elegidos.
23.Vosotros, pues, estad sobre aviso; mirad que os lo he predicho todo.
24.«Mas por esos días, después de aquella tribulación, el sol se oscurecerá, la luna no dará su resplandor,
25.las estrellas irán cayendo del cielo, y las fuerzas que están en los cielos serán sacudidas.
26.Y entonces verán al Hijo del hombre que viene entre nubes con gran poder y gloria;
27.entonces enviará a los ángeles y reunirá de los cuatro vientos a sus elegidos, desde el extremo de la tierra hasta el extremo del cielo.
28.«De la higuera aprended esta parábola: cuando ya sus ramas están tiernas y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca.
29.Así también vosotros, cuando veáis que sucede esto, sabed que El está cerca, a las puertas.
30.Yo os aseguro que no pasará esta generación hasta que todo esto suceda.
31.El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.
32.Mas de aquel día y hora, nadie sabe nada, ni los ángeles en el cielo, ni el Hijo, sino sólo el Padre.
33.«Estad atentos y vigilad, porque ignoráis cuándo será el momento.
34.Al igual que un hombre que se ausenta: deja su casa, da atribuciones a sus siervos, a cada uno su trabajo, y ordena al portero que vele;
35.velad, por tanto, ya que no sabéis cuándo viene el dueño de la casa, si al atardecer, o a media noche, o al cantar del gallo, o de madrugada.
36.No sea que llegue de improviso y os encuentre dormidos.
37.Lo que a vosotros digo, a todos lo digo: ¡Velad!»

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Marcos – Capítulo 12

Marcos – Capítulo 12

1. Y se puso a hablarles en parábolas: «Un hombre plantó una viña, la rodeó de una cerca, cavó un lagar y edificó una torre; la arrendó a unos labradores, y se ausentó.
2. Envió un siervo a los labradores a su debido tiempo para recibir de ellos una parte de los frutos de la viña.
3. Ellos le agarraron, le golpearon y le despacharon con las manos vacías.
4. De nuevo les envió a otro siervo; también a éste le descalabraron y le insultaron.
5. Y envió a otro y a éste le mataron; y también a otros muchos, hiriendo a unos, matando a otros.
6. Todavía le quedaba un hijo querido; les envió a éste, el último, diciendo: “A mi hijo le respetarán”.
7. Pero aquellos labradores dijeron entre sí: “Este es el heredero. Vamos, matémosle, y será nuestra la herencia.”
8. Le agarraron, le mataron y le echaron fuera de la viña.
9. ¿Qué hará el dueño de la viña? Vendrá y dará muerte a los labradores y entregará la viña a otros.
10. ¿No han leído esta Escritura: La piedra que los constructores desecharon, en piedra angular se ha convertido;
11. fue el Señor quien hizo esto y es maravilloso a nuestros ojos?»
12. Trataban de detenerle – pero tuvieron miedo a la gente – porque habían comprendido que la parábola la había dicho por ellos. Y dejándole, se fueron.
13. Y envían donde él algunos fariseos y herodianos, para cazarle en alguna palabra.
14. Vienen y le dicen: «Maestro, sabemos que eres veraz y que no te importa por nadie, porque no miras la condición de las personas, sino que enseñas con franqueza el camino de Dios: ¿Es lícito pagar tributo al César o no? ¿Pagamos o dejamos de pagar?»
15. Mas él, dándose cuenta de su hipocresía, les dijo: «¿Por qué me tientan? Traiganme un denario, que lo vea.»
16. Se lo trajeron y les dice: «¿De quién es esta imagen y la inscripción?» Ellos le dijeron: «Del César.»
17. Jesús les dijo: «Lo del César, devuélvanselo al César, y lo de Dios, a Dios.» Y se maravillaban de él.
18. Se le acercan unos saduceos, esos que niegan que haya resurrección, y le preguntaban:
19. «Maestro, Moisés nos dejó escrito que si muere el hermano de alguno y deja mujer y no deja hijos, que su hermano tome a la mujer para dar descendencia a su hermano.
20. Eran siete hermanos: el primero tomó mujer, pero murió sin dejar descendencia;
21. también el segundo la tomó y murió sin dejar descendencia; y el tercero lo mismo.
22. Ninguno de los siete dejó descendencia. Después de todos, murió también la mujer.
23. En la resurrección, cuando resuciten, ¿de cuál de ellos será mujer? Porque los siete la tuvieron por mujer.»
24. Jesús les contestó: «¿No están en un error precisamente por esto, por no entender las Escrituras ni el poder de Dios?
25. Pues cuando resuciten de entre los muertos, ni ellos tomarán mujer ni ellas marido, sino que serán como ángeles en los cielos.
26. Y acerca de que los muertos resucitan, ¿no han leído en el libro de Moisés, en lo de la zarza, cómo Dios le dijo: Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob?
27. No es un Dios de muertos, sino de vivos. Estan en un gran error.»
28. Acercóse uno de los escribas que les había oído y, viendo que les había respondido muy bien, le preguntó: «¿Cuál es el primero de todos los mandamientos?»
29. Jesús le contestó: «El primero es: Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es el único Señor,
30. y amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas.
31. El segundo es: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No existe otro mandamiento mayor que éstos.»
32. Le dijo el escriba: «Muy bien, Maestro; tienes razón al decir que El es único y que no hay otro fuera de El,
33. y amarle con todo el corazón, con toda la inteligencia y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a si mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios.»
34. Y Jesús, viendo que le había contestado con sensatez, le dijo: «No estás lejos del Reino de Dios.» Y nadie más se atrevía ya a hacerle preguntas.
35.Jesús, tomando la palabra, decía mientras enseñaba en el Templo: «¿Cómo dicen los escribas que el Cristo es hijo de David?
36.David mismo dijo, movido por el Espíritu Santo: Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi diestra hasta que ponga a tus enemigos debajo de tus pies.
37.El mismo David le llama Señor; ¿cómo entonces puede ser hijo suyo?» La muchedumbre le oía con agrado.
38.Decía también en su instrucción: «Guardaos de los escribas, que gustan pasear con amplio ropaje, ser saludados en las plazas,
39.ocupar los primeros asientos en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes;
40.y que devoran la hacienda de las viudas so capa de largas oraciones. Esos tendrán una sentencia más rigurosa.
41.Jesús se sentó frente al arca del Tesoro y miraba cómo echaba la gente monedas en el arca del Tesoro: muchos ricos echaban mucho.
42.Llegó también una viuda pobre y echó dos moneditas, o sea, una cuarta parte del as.
43.Entonces, llamando a sus discípulos, les dijo: «Os digo de verdad que esta viuda pobre ha echado más que todos los que echan en el arca del Tesoro.
44.Pues todos han echado de los que les sobraba, ésta, en cambio, ha echado de lo que necesitaba todo cuanto poseía, todo lo que tenía para vivir.

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Marcos – Capítulo 11

Marcos – Capítulo 11

1.Cuando se aproximaban a Jerusalén, cerca ya de Betfagé y Betania, al pie del monte de los Olivos, envía a dos de sus discípulos,
2.diciéndoles: «Id al pueblo que está enfrente de vosotros, y no bien entréis en él, encontraréis un pollino atado, sobre el que no ha montado todavía ningún hombre. Desatadlo y traedlo.
3.Y si alguien os dice: «¿Por qué hacéis eso?», decid: «El Señor lo necesita, y que lo devolverá en seguida».»
4.Fueron y encontraron el pollino atado junto a una puerta, fuera, en la calle, y lo desataron.
5.Algunos de los que estaban allí les dijeron: «¿Qué hacéis desatando el pollino?»
6.Ellos les contestaron según les había dicho Jesús, y les dejaron.
7.Traen el pollino donde Jesús, echaron encima sus mantos y se sentó sobre él.
8.Muchos extendieron sus mantos por el camino; otros, follaje cortado de los campos.
9.Los que iban delante y los que le seguían, gritaban: « ¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor!
10.¡Bendito el reino que viene, de nuestro padre David! ¡Hosanna en las alturas!»
11. Y entró en Jerusalén, en el Templo, y después de observar todo a su alrededor, siendo ya tarde, salió con los Doce para Betania.
12. Al día siguiente, saliendo ellos de Betania, sintió hambre.
13. Y viendo de lejos una higuera con hojas, fue a ver si encontraba algo en ella; acercándose a ella, no encontró más que hojas; es que no era tiempo de higos.
14. Entonces le dijo: «¡Que nunca jamás coma nadie fruto de ti!» Y sus discípulos oían esto.
15. Llegan a Jerusalén; y entrando en el Templo, comenzó a echar fuera a los que vendían y a los que compraban en el Templo; volcó las mesas de los cambistas y los puestos de los vendedores de palomas
16. y no permitía que nadie transportase cosas por el Templo.
17. Y les enseñaba, diciéndoles: «¿No está escrito: Mi Casa será llamada Casa de oración para todas las gentes? ¡Pero ustedes la tienen hecha una cueva de bandidos! »
18. Se enteraron de esto los sumos sacerdotes y los escribas y buscaban cómo podrían matarle; porque le tenían miedo, pues toda la gente estaba asombrada de su doctrina.
19. Y al atardecer, salía fuera de la ciudad.
20. Al pasar muy de mañana, vieron la higuera, que estaba seca hasta la raíz.
21. Pedro, recordándolo, le dice: «¡Rabbí, mira!, la higuera que maldijiste está seca.»
22. Jesús les respondió: «Tengan fe en Dios.
23. Yo les aseguro que quien diga a este monte: “Quítate y arrójate al mar” y no vacile en su corazón sino que crea que va a suceder lo que dice, lo obtendrá.
24. Por eso les digo: todo cuanto pidan en la oración, crean que ya lo han recibido y lo obtendrán.
25. Y cuando se pongan de pie para orar, perdonen, si tienen algo contra alguno, para que también su Padre, que está en los cielos, les perdone sus ofensas.»
27. Vuelven a Jerusalén y, mientras paseaba por el Templo, se le acercan los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos,
28. y le decían: «¿Con qué autoridad haces esto?, o ¿quién te ha dado tal autoridad para hacerlo?»
29. Jesús les dijo: «Les voy a preguntar una cosa. Respóndanme y les diré con qué autoridad hago esto.
30. El bautismo de Juan, ¿era del cielo o de los hombres? Respóndanme.»
31. Ellos discurrían entre sí: «Si decimos: “Del cielo”, dirá: “Entonces, ¿por qué no le creyeron?”
32. Pero ¿vamos a decir: “De los hombres?”» Tenían miedo a la gente; pues todos tenían a Juan por un verdadero profeta.
33. Responden, pues, a Jesús: «No sabemos.» Jesús entonces les dice: «Tampoco yo les digo con qué autoridad hago esto.»

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Marcos – Capítulo 10

Marcos – Capítulo 10

1.Y levantándose de allí va a la región de Judea, y al otro lado del Jordán, y de nuevo vino la gente donde él y, como acostumbraba, les enseñaba.
2.Se acercaron unos fariseos que, para ponerle a prueba, preguntaban: «¿Puede el marido repudiar a la mujer?»
3.El les respondió: ¿Qué os prescribió Moisés?»
4.Ellos le dijeron: «Moisés permitió escribir el acta de divorcio y repudiarla.»
5.Jesús les dijo: «Teniendo en cuenta la dureza de vuestro corazón escribió para vosotros este precepto.
6.Pero desde el comienzo de la creación, El los hizo varón y hembra.
7.Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre,
8.y los dos se harán una sola carne. De manera que ya no son dos, sino una sola carne.
9.Pues bien, lo que Dios unió, no lo separe el hombre.»
10.Y ya en casa, los discípulos le volvían a preguntar sobre esto.
11.El les dijo: «Quien repudie a su mujer y se case con otra, comete adulterio contra aquélla;
12.y si ella repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio.»
13.Le presentaban unos niños para que los tocara; pero los discípulos les reñían.
14.Mas Jesús, al ver esto, se enfadó y les dijo: «Dejad que los niños vengan a mí, no se lo impidáis, porque de los que son como éstos es el Reino de Dios.
15.Yo os aseguro: el que no reciba el Reino de Dios como niño, no entrará en él.»
16.Y abrazaba a los niños, y los bendecía poniendo las manos sobre ellos.
17.Se ponía ya en camino cuando uno corrió a su encuentro y arodillándose ante él, le preguntó: «Maestro bueno, ¿ qué he de hacer para tener en herencia vida eterna?»
18.Jesús le dijo: «¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno sino sólo Dios.
19.Ya sabes los mandamientos: No mates, no cometas adulterio, no robes, no levantes falso testimonio, no seas injusto, honra a tu padre y a tu madre.»
20.El, entonces, le dijo: «Maestro, todo eso lo he guardado desde mi juventud.»
21.Jesús, fijando en él su mirada, le amó y le dijo: «Una cosa te falta: anda, cuanto tienes véndelo y dáselo a los pobres y tendrás un tesoro en el cielo; luego, ven y sígueme.»
22.Pero él, abatido por estas palabras, se marchó entristecido, porque tenía muchos bienes.
23.Jesús, mirando a su alrededor, dice a sus discípulos: «¡Qué difícil es que los que tienen riquezas entren en el Reino de Dios!»
24.Los discípulos quedaron sorprendidos al oírle estas palabras. Mas Jesús, tomando de nuevo la palabra, les dijo: «¡Hijos, qué difícil es entrar en el Reino de Dios!
25.Es más fácil que un camello pase por el ojo de la aguja, que el que un rico entre en el Reino de Dios.»
26.Pero ellos se asombraban aún más y se decían unos a otros: «Y ¿quién se podrá salvar?»
27.Jesús, mirándolos fijamente, dice: «Para los hombres, imposible; pero no para Dios, porque todo es posible para Dios.»
28.Pedro se puso a decirle: «Ya lo ves, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido.»
29.Jesús dijo: «Yo os aseguro: nadie que haya dejado casa, hermanos, hermanas, madre, padre, hijos o hacienda por mí y por el Evangelio,
30.quedará sin recibir el ciento por uno: ahora al presente, casas, hermnanos, hermanas, madres, hijos y hacienda, con persecuciones; y en el mundo venidero, vida eterna.
31.Pero muchos primeros serán últimos y los últimos, primeros.»
32.Iban de camino subiendo a Jerusalén, y Jesús marchaba delante de ellos; ellos estaban sorprendidos y los que le seguían tenían miedo. Tomó otra vez a los Doce y comenzó a decirles lo que le iba a suceder:
33.«Mirad que subimos a Jerusalén, y el Hijo del hombre será entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas; le condenarán a muerte y le entregarán a los gentiles,
34.y se burlarán de él, le escupirán, le azotarán y le matarán, y a los tres días resucitará.»
35.Se acercan a él Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, y le dicen: «Maestro, queremos, nos concedas lo que te pidamos.»
36.El les dijo: «¿Qué queréis que os conceda?»
37.Ellos le respondieron: «Concédenos que nos sentemos en tu gloria, uno a tu derecha y otro a tu izquierda.»
38.Jesús les dijo: «No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber la copa que yo voy a beber, o ser bautizados con el bautismo con que yo voy a ser bautizado?»
39.Ellos le dijeron: «Sí, podemos.» Jesús les dijo: «La copa que yo voy a beber, sí la beberéis y también seréis bautizados con el bautismo conque yo voy a ser bautizado;
40.pero, sentarse a mi derecha o a mi izquierda no es cosa mía el concederlo, sino que es para quienes está preparado.»
41.Al oír esto los otros diez, empezaron a indignarse contra Santiago y Juan.
42.Jesús, llamándoles, les dice: «Sabéis que los que son tenidos como jefes de las naciones, las dominan como señores absolutos y sus grandes las oprimen con su poder.
43.Pero no ha de ser así entre vosotros, sino que el que quiera llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro servidor,
44.y el que quiera ser el primero entre vosotros, será esclavo de todos,
45.que tampoco el Hijo del hombre ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos.»
46.Llegan a Jericó. Y cuando salía de Jericó, acompañado de sus discípulos y de una gran muchedumbre, el hijo de Timeo (Bartimeo), un mendigo ciego, estaba sentado junto al camino.
47.Al enterarse de que era Jesús de Nazaret, se puso a gritar: «¡Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí!»
48.Muchos le increpaban para que se callara. Pero él gritaba mucho más: «¡Hijo de David, ten compasión de mí!»
49.Jesús se detuvo y dijo: «Llamadle.» Llaman al ciego, diciéndole: «¡Animo, levántate! Te llama.»
50.Y él, arrojando su manto, dio un brinco y vino donde Jesús.
51.Jesús, dirigiéndose a él, le dijo: «¿Qué quieres que te haga?» El ciego le dijo: «Rabbuní, ¡que vea!»
52.Jesús le dijo: «Vete, tu fe te ha salvado.» Y al instante, recobró la vista y le seguía por el camino.

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