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Juan 11,45-57 – todos creerán en él

todos creerán en él

«¿Qué hacemos? Este hombre hace muchos signos. Si lo dejamos seguir, todos creerán en él, y vendrán los romanos y nos destruirán el lugar santo y la nación».

Sábado de la 5ta semana de Cuaresma| 09 de Abril del 2022 | Por Miguel Damiani

Lecturas de la Fecha:

Reflexión sobre las lecturas

todos creerán en él

Esta es la verdadera razón por la que los poderosos quieren acabar con Jesús y por ello, con la Iglesia Católica. Al que vive en la mentira y la oscuridad no le conviene que nadie abra los ojos y mucho menos que abra los ojos a los demás.

Al poderoso le conviene mantener en la ignorancia y la mentira a los hombres, para someterlos. Evitar que piensen y razonen. Mantenerlos ocupados y esclavizados siempre, sin permitirles ocasión para reflexionar. Que se hagan ídolos pero que no vuelvan sus ojos a Dios.

Los que caminan en las tinieblas siguen a Satanás y sus huestes. Ellos conocen a Dios. Pero han escogido ignorarlo, despreciarlo, ocultarlo, desaparecerlo. Creen que de este modo podrán mantener la situación de privilegio y abuso de los más débiles en la que viven.

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Lucas 22,14-20 – Con ansia he deseado comer

Con ansia he deseado comer

“Tomó luego pan, y, dadas las gracias, lo partió y se lo dio diciendo: «Este es mi cuerpo que es entregado por ustedes; hagan esto en recuerdo mío ».”

Jueves de la 8va semana del T. Ordinario| 27 de Mayo de 2021 | Por Miguel Damiani

Lecturas de la Fecha:

Reflexión sobre las lecturas

Con ansia he deseado comer esta Pascua con ustedes

Hoy día, en el Perú como en muchos lugares en el mundo celebramos la solemnidad del Sacerdocio de Cristo. Como nos lo recordaba el celebrante en la Misa, es el único caso en que se da este hecho singular: Cristo es a su vez Sacerdote, víctima y altar.

Trataremos de comprender a partir de su Palabra lo que para Cristo significa haber llegado por fin a esta instancia que como dice a sus apóstoles, había esperado con ansia. Podemos ver la situación como una cena de despedida.

Cuantas veces al finalizar un período de vida laboral, a un gerente, a un profesor o a un simple colaborador sus compañeros le organizan una fiesta o una cena de despedida. Es un pequeño pero significativo agasajo al compañero, tantas veces amigo.

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Los signos de los tiempos

Cómo leer con esperanza los signos de los tiempos

Los cristianos estamos llamados a ver el mundo, a leer los signos de los tiempos con esperanza. Y nuestra esperanza nace de la certeza que Jesucristo ha resucitado y resucitando ha vencido de una vez y para siempre a la muerte. Esta es la razón de nuestra fe y la de nuestra esperanza, teniendo la certeza que no importa lo que nos depare el resto de nuestra vida, llegaremos a alcanzar la Vida Eterna, si somos leales a Jesucristo.

Alguien podrá preguntar ¿y cómo podemos tener esa certeza? Y, desde luego la respuesta razonable tendría que ser que eso es imposible, que nadie puede llegar a asegurar nada y mucho menos la total lealtad a Dios hasta la muerte, sin importar que edad tengamos y cuanto nos quede de vida.

Los signos de los tiempos

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Lucas 2,41-52 – En la casa de mi Padre

En la casa de mi Padre

“Mira, tu padre y yo, angustiados, te andábamos buscando.» El les dijo: «Y ¿por qué me buscaban? ¿No sabían que yo debía estar en la casa de mi Padre?»”

Sábado de la 9na Semana del T. Ordinario | 09 de Junio del 2018 | Por Miguel Damiani

Lecturas de la Fecha:

Reflexión sobre las lecturas

En la casa de mi Padre

Jesucristo tiene muy clara su Misión y es consiente todo el tiempo de quién es. Podemos ver como con tan solo doce años, podía sostener diálogos y discusiones con los maestros de la ley y la gente lo escuchaba admirada por tanta sabiduría.

Es ciertamente un misterio lo que el Señor debía sentir todo el tiempo entre nosotros. Siendo Dios, ¿tendría obstáculos y dificultades? Lo más probable es que no. Pero tenía que sujetarse al papel que le correspondía hasta cumplir su Misión.

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Lucas 15,1-3.11-32 – Esta es mi sangre

Esta es mi sangre

“Y mientras estaban comiendo, tomó pan, lo bendijo, lo partió y se lo dio y dijo: «Tomen, este es mi cuerpo.» Tomó luego una copa y, dadas las gracias, se la dio, y bebieron todos de ella. Y les dijo: «Esta es mi sangre de la Alianza, que es derramada por muchos.”.

Domingo de la 9na Semana del Tiempo Ordinario | 03 de Junio del 2018 | Por Miguel Damiani

Lecturas de la Fecha:

Reflexión sobre las lecturas

Esta es mi sangre

El Señor Jesucristo es Dios. Lo repetimos, porque Él mismo nos lo hace notar. No quiere que estemos confundidos, ni nos dejemos enredar, ni engañar. Es verdad, es el Hijo de Dios, por lo tanto, exactamente como tal, es Dios, junto con el Padre y el Espíritu Santo. Tres persona distintas, un solo Dios Verdadero.

La Trinidad, es una relación que para nosotros se hace un tanto misteriosa, es verdad. Sin embargo ella se aclara lo suficiente como para que creamos en esta realidad Sobrenatural, en los Evangelios y en la Biblia en general, aunque no alcancemos a comprenderla plenamente.

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Juan 2,13-25 – Destruyan este templo

Destruyan este templo

“¿Qué signos nos muestras para obrar así?” Jesús contesto: “Destruyan este templo, y en tres día yo lo levantaré”. Los judíos replicaron: “Cuarenta y seis años ha costado construir este templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?”

Domingo de la 3ra Semana de Cuaresma | 04 Marzo 2018 | Por Miguel Damiani

Lecturas de la Fecha:

  • Éxodo 20,1-17
  • Salmo 18
  • Primera de Pablo a los Corintios 1,22-25
  • Juan 2,13-25

Reflexión sobre las lecturas

Destruyan este templo

Nuestra relación con Dios ha de ser pura y santa. Exenta de otras intenciones que no sean el amor a Dios y a nuestros hermanos y consecuentemente nuestra salvación. Ninguna otra razón debe contaminar esta relación.

Esto quiere decir que por ningún motivo debemos cobrar y mucho menos lucrar con el mensaje del Evangelio. Nosotros no llevamos la Palabra de Dios porque nos conviene, porque recibimos una comisión o porque alguien nos paga por hacerlo.

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Mateo 26,14-25 – El Hijo del hombre se va, como está escrito de él

El Hijo del hombre se va, como está escrito de él

El Hijo del hombre se va, como está escrito de él, pero ¡ay de aquel por quien el Hijo del hombre es entregado! ¡Más le valdría a ese hombre no haber nacido!

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Mateo 26,14-25 El Hijo del hombre se va, como está escrito de él

Mateo – Capítulo 26

Reflexión: Mateo 26,14-25

Otra vez estamos frente a la moneda de dos caras. Por un lado Jesús habrá de partir conforme fue planeado, es decir, en cumplimiento de lo que estaba escrito. Esto quiere decir que en ello no hay nada improvisado; nada que debiera sorprendernos o cogernos desprevenidos. Jesús será crucificado, muerto, sepultado y al tercer día resucitará, tal como está escrito. Esto tenía que ocurrir para que se cumplieran las Escrituras.

Pero, tal parece que no tenía que ocurrir lo mismo con Judas, la otra cara. ¿Pudo Judas librarse de este papel? ¿Pudo haber escogido otra opción? Se nos ocurre que pudo haber evitado esta traición, lo que no hubiera impedido que Jesús cumpliera con Su Misión. Tal vez hubiera sido otro el que lo hubiera traicionado o tal vez la exigencia hubiera venido de otro lado. El Señor de todos modos habría de seguir hasta el final con el Plan de Salvación, pero su muerte hubiera podido llegar de otro manera.

De algún modo el Señor nos confirma que no había nada que hacer, que era necesario Su sacrificio para la salvación del mundo. Judas, en este caso, pero cualquier otro que lo hubiera traicionado, hubiera podido evitarlo, sin embargo la tentación, el error, la injusticia y el daño fueron de tales proporciones, que más le hubiera valido no haber nacido.

Él tenía que morir y resucitar para cumplir Su Misión. Alguien tenía que ser el causante mediato. Alguien tenía que confabularse; alguien tenía que traicionarlo; alguien tenía que entregarlo. Había varios a los que incomodaba y se la tenían jurada. Parecía más difícil encontrar a alguien entre los discípulos dispuesto a traicionarlo. Algunos tenían temor; otros estaban a la expectativa, pero todos huirían al incrementarse la presión y percibir la fragilidad con la que Cristo se disponía a afrontar esta amenaza.

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Lucas 2,41-51 – asombrados de su inteligencia y sus respuestas

Texto del evangelio Lc 2,41-51 – asombrados de su inteligencia y sus respuestas

41. Sus padres iban todos los años a Jerusalén en la fiesta de la Pascua.
42. Cuando el niño cumplió doce años, subieron como de costumbre,
43. y acababa la fiesta, María y José regresaron, pero Jesús permaneció en Jerusalén sin que ellos se dieran cuenta.
44. Creyendo que estaba en la caravana, caminaron todo un día y después comenzaron a buscarlo entre los parientes y conocidos.
45. Como no lo encontraron, volvieron a Jerusalén en busca de él.
46. Al tercer día, lo hallaron en el Templo en medio de los doctores de la Ley, escuchándolos y haciéndoles preguntas.
47. Y todos los que los oían estaban asombrados de su inteligencia y sus respuestas.
48. Al ver, sus padres quedaron maravillados y su madre le dijo: «Hijo mío, ¿por qué nos has hecho esto? Piensa que tu padre y yo te buscábamos angustiados».
49. Jesús les respondió: «¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que yo debo ocuparme de los asuntos de mi Padre?».
50. Ellos no entendieron lo que les decía.
51. El regresó con sus padres a Nazaret y vivía sujeto a ellos. Su madre conservaba estas cosas en su corazón.

Reflexión: Lc 2,41-51

Hubiera sido muy interesante saber de qué hablaba Jesús con los doctores de la ley; no tenemos el detalle, pero por el Evangelio sabemos que estaban asombrados de su inteligencia y sus respuestas. Comprendía muy bien lo que se estaba hablando y habría de tener una capacidad de discernimiento extraordinario, para asombrar a los más sabios de aquella región. Jesús era casi un niño, aun cuando en aquel entonces se dice que la adolescencia era más corta y a más temprana edad hombres y mujeres estaban preparados para asumir responsabilidades que hoy hemos postergado casi por una década o más. De todos modos, podemos imaginar cuál sería el asombro de aquellos sacerdotes e intelectuales, de aquellos doctores, que se pasaron horas de horas hablando con Jesús, sometiéndolo seguramente a toda clase de preguntas. No fueron una, ni dos, sino muchas y la referencia más cercana a lo que estaban tratando la da el mismo Jesús a María, reprochándole que no supiera que tenía que ocuparse de las cosas de Su Padre. Es de estas cosas que estaban hablando. Y a juzgar por el entusiasmo de los doctores, les habría realizado varias revelaciones y resuelto muchas incógnitas, con tal sabiduría, que se quedaron boquiabiertos, escuchándolo. Encima, se asombraron cuando vieron a sus padres, lo que nos permite suponer que tal vez los encontraros muy sencillos, muy simples e insignificantes para que el niño proceda de ellos. Tal vez más de uno pensó que se trataba de algún príncipe o un noble, por su distinción y sabiduría. Al tercer día, lo hallaron en el Templo en medio de los doctores de la Ley, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Y todos los que los oían estaban asombrados de su inteligencia y sus respuestas.

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