Ofensiva Globalista pone la vida en peligro
Dicen que todo aquello que atenta contra la ética y moral, todo lo que va contra nuestra conciencia, resulta imposible realizar a quienes hemos tenido la gracia de nacer en hogares bien conformados, de tener buenos padres, por más humildes que estos sean. Mentir y no se diga ya, delinquir, es algo en lo que no pueden contar con nosotros.
Hay una fuerza interior muy poderosa que nos impide o nos hace muy difícil mentir. Tomar algo que no es nuestro, ni aun a escondidas. Ocultar algo que sabemos que salvaría a un inocente, no lo haríamos jamás. Más aún, sería imposible que nos hicieran cómplices de un delito, mucho menos de un crimen. Es algo que nunca estaríamos dispuestos a tolerar.
No cabe la menor duda que esta es una herencia que proviene de la fe católica que en general profesamos en el mundo occidental y especialmente en Hispanoamérica. Luego de más de tres siglos de historia compartida con el Reino de España nuestras culturas se fusionaron, predominando aquello que juntos aprendimos a valorar por sobre todo, como es la fe cristiana que modela nuestro comportamiento ético y moral.
La mentira pone en peligro la vida
A pesar de ello, siempre han habido y habrán detractores, sobre todo en una sociedad que confunde libertad con libertinaje, que es la que va surgiendo después de la herejía de Lutero y se va imponiendo, promovida por la masonería, a partir de la Revolución Francesa, con la misma pretensión de los estados socialistas de refundarlo todo, cambiando el lenguaje y llenándonos de eufemismos para esconder o suplantar la verdad que siempre tiende a imponerse.
Es conocida aquella expresión que de algún modo surge para acallar la conciencia, que dice: siempre hay una primera vez. Es verdad, en todo siempre habrá una primera vez, pero lo que oculta este dicho usado para aplacar la conciencia es que no todos caemos alguna vez en estas faltas, cuando esta no es la regla, sino por el contrario, lo innato en el hombre es la búsqueda de la verdad y la virtud.
La virtud, que resulta del hábito de hacer siempre las cosas bien, siempre mejor, crea la fuerza de carácter necesaria para no doblegarnos frente a la maldad, a la mentira la doblez y cualquier otro tipo de falta, delito o crimen. El resistir valientemente a la maldad y la entrega heroica, nacen del cultivo permanente de buenos hábitos, aun en las cosas más pequeñas y cotidianas.
Legislaciones Supranacionales ponen en peligro la vida
A estas alturas te estarás preguntando ¿qué tiene que ver todo esto con la vida en peligro en Hispanoamérica? Pues mucho. Hace tiempo que los organismos supranacionales, tanto en esta Región (léase la OEA) como en el mundo entero (léase la ONU) buscan imponer en todos los países la “Educación Sexual y Reproductiva” junto con la “interrupción voluntaria del embarazo”.
Estos eufemismos han sido creados para edulcorar, mitigar o tratar de ocultar el cargo de conciencia y la culpabilidad que surge en los adultos, especialmente mujeres, cuando tras sostener una relación sexual, naturalmente se concibe un niño y abusivamente, aprovechando de su pequeñez e incapacidad para defenderse, se decide eliminarlo. Se lo mata por considerarlo el producto no deseado de una relación sexual en la que solo se buscaba placer.
Una actitud tal es vergonzante, culposa y naturalmente considerada un crimen en una sociedad fundamentalmente cristiana, en la que las mismas observaciones científicas y la razón confirman que la vida de un nuevo ser humano tiene su origen en el momento mismo de la concepción, es decir, cuando el espermatozoide fecunda al óvulo.
Los cuatro jinetes del Apocalipsis
Tratando de simplificar, para no entrar en detalles que podríamos necesitar mucho tiempo para explicar, diremos que,
(1) el odio a la fe y la iglesia católica (obra de Lutero, la Ilustración, el protestantismo y la masonería),
(2) el maltusianismo (ideología abrazada por las élites sociales y económicas en el mundo, que desde hace décadas se viene preocupando del exceso de población y la falta de recursos),
(3) el comunismo (ideología intrínsecamente perversa, que lleva al enfrentamiento de los seres humanos, en vez de la conciliación y el amor y que pretende destruirlo todo para refundar una utopía que hasta ahora solo ha existido en sus cabezas, enriqueciendo a burocracias y dictaduras corruptas, costando la vida a más de 200 millones de seres humanos) y
(4) el progresismo (que tiene su origen en el liberalismo que cabalga sobre el capitalismo que no tiene ningún escrúpulo en derribar la más férrea oposición moral si tras ello puede obtener utilidad) son los cuatro jinetes del apocalipsis a los que hoy enfrenta la humanidad entera.
Estos cuatro jinetes está de acuerdo sobre todo en una cosa: destruir la Iglesia Católica o cuando menos, imponerle una reforma tal, que, adaptándose al progresismo y la modernidad, termine por mimetizarse o circunscribirse por completo al ámbito privado y personal, que es lo mismo que liquidarla.
Reconociendo la importancia del lenguaje para alcanzar sus propósitos y con la deliberada intención de ocultar sus intenciones van inventando nuevos conceptos y palabras para referirse a delitos y crímenes con palabras neutras o desarraigadas de lo que en realidad son. Así, al asesinato de un ser humano indefenso, recién concebido, le llaman interrupción del embarazo.
Todos sabemos cuándo comienza la vida
No se necesita grandes estudios técnicos, científicos ni filosóficos para reconocer que la muerte no puede constituir una interrupción. Porque lo que se interrumpe puede luego reanudarse, en cambio un bebe descuartizado, succionado por un aparato y asesinado cruelmente, jamás podrá reanudar el proceso de desarrollo de la vida en que se encontraba.
Sin embargo, y sin ningún reparo ante esta realidad que incrimina a sus promotores, estos tecnócratas, abusando de la posición en la que se encuentran, concedida por los estados miembros de las organizaciones a las que representan, están comprometidos con las grandes empresas dedicadas al lucrativo negocio de acabar con la vida de los bebes recién concebidos.
Ello, además, coincide con las medidas de control poblacional y eugenésicas promovidas por los que poseen las más grandes fortunas del planeta, a quienes desde hace más de dos siglos les preocupa la sobre población y la escases de recursos, por lo que están más que encantado de colaborar con todo programa diseñado para reducir la población.
Audiencia pública en la CIDH
Es en este contexto que el 22 y 23 de marzo (hoy y mañana) la CIDH estará revisando un caso armado por estos tecnócratas, en el que con una serie de falsedades se pretende argumentar para legalizar la “interrupción del embarazo” en El Salvador. La historia plagada de mentiras sostiene que una joven mujer murió porque no se le permitió abortar oportunamente.
Esta es una gran mentira, porque Beatriz dio a luz a su bebe, que murió a las pocas horas de nacida en el 2013 y Beatriz, su madre, murió en un accidente de tránsito cuatro años después, es decir en el 2017. La única forma de ligar ambos acontecimientos es argumentando mentiras, falsedades y eufemismos. Eso es lo que están dispuestos a hacer, con tal de lugar un antecedente jurídico que permita imponer estas políticas antinatalistas en El Salvador e Hispanoamérica.
Por eso es que llamamos la atención de todos aquellos a los que podamos llegar, advirtiendo que se está poniendo en peligro la vida en toda Hispanoamérica, esgrimiendo mentiras y falsedades que tienen lugar allí, porque no hay quien defienda a los niños asesinados cruel y alevosamente.
Pero ahora, todos tenemos la oportunidad de levantar nuestra voz e impedir que esto ocurra, acudiendo a los sitios web de estas organizaciones y manifestando nuestros argumentos contra los abusos de la legislación que se nos quiere imponer. Seguirá la vida en peligro en nuestros países mientras nosotros y nuestros políticos no nos manifestemos oportunamente y con la contundencia necesaria.
¡Es momento de tomar acción!
CIDH
https://www.oas.org/es/cidh/sesiones/audiencias.asp
https://www.youtube.com/@ComisionIDH
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