buenas obras

Mateo 5,13-16 – buenas obras

buenas obras

“Brille así su luz delante de los hombres, para que vean sus buenas obras y glorifiquen a su Padre que está en los cielos.”

Martes de la 10ma semana del T. Ordinario | 07 de Junio del 2022 | Por Miguel Damiani

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Reflexión sobre las lecturas

buenas obras

Estamos llamados a ser sal y luz del mundo. El cristiano no puede pasar desapercibido donde esté. Por eso es que poco a poco nos ha ido ganando el secularismo, porque no hemos sabido decir alto, cada vez que con engaños nos proponen ideas que nos lleva a la perdición.

No es de la noche a la mañana que el demonio ha ido avanzando en el mundo. Es porque con perseverancia, a lo largo de los años, ha venido empujando y empujando, cada vez más allá, mientras por no mortificarnos, cedíamos a su presión.

Ello ha venido sucediendo en cosas tan sencillas como fumar, comer, beber, llegar tarde, no cumplir con los deberes e incluso desobedecer. Por falta de perspectiva, por no medir las consecuencias y muchas veces por comodidad, los padres hemos venido cediendo en nuestra prerrogativa de mandar y formar.

buenas obras

Es preciso perseverar en las buenas obras

Efectivamente, hemos dejado que se trasgredan una y otra vez las normas que nosotros mismos pusimos para ordenar y disciplinar a nuestros hijos. Al final, por la blandura de nuestro carácter, justificado por una errada pretensión de complicidad con nuestros hijos, para ganarnos su cariño, hemos ido cediendo aquí y allá, hasta crear esos pequeños monstruos vulnerables y faltos de voluntad.

Luego nos lamentamos que no nos hagan caso o que lo hagan a medias. Nosotros hemos fomentado estos malos hábitos. Si nuestros hijos no son capaces de entender lo que significa no, es casi exclusivamente por causa de nuestra permisividad y falta de firmeza.

Para enseñar es preciso ofrecer un ejemplo coherente. Nuestros hijos, del mismo modo que nuestros alumnos nos están observando todo el tiempo. Si encuentran fisuras en nuestro comportamiento se valdrán de cualquier motivo para ponerlas en evidencia a su favor.

El buen ejemplo es fundamental

Actuar responsablemente es obligación de todo cristiano, dando ejemplo. Ello no siempre es fácil y mucho menos sostenerlo siempre. Conociendo esta debilidad, el demonio, valiéndose de la permisividad del secularismo ha venido a relajar y flexibilizar las buenas costumbres, contando muchas veces con nuestra complicidad.

No es pues fácil mantenerse como sal y luz del mundo, sin embargo, es nuestro deber. Por ello debemos acudir constantemente a la oración y los Sacramentos. Es precisamente por conocer esta debilidad que el Señor nos ha dejado estos auxilios.

Es absurdo pretender hacer frente a las tentaciones de este mundo amparándonos en nuestras propias fuerzas. No solo es absurdo, sino que constituye un pecado de soberbia que puede conducirnos a la apostasía, además de a dar un mal ejemplo.

El perseverar es Gracia que Dios concede a quien se la pide

Porque el perseverar en hacer buenas obras, en dar el ejemplo a pesar de la adversidad, es obra de Dios. Esto se hará patente a quienes nos observan, constituyendo un buen ejemplo que con seguridad habrán de imitar, llegando de este modo a la fuente de nuestro buen proceder: el amor a Dios.

Es precisamente la quiebra de esta coherencia la que ha facilitado el avance del secularismo, que no es otra cosa que mundanizarse, dejando de tener a Dios como el centro de nuestras vidas, para sustituirlo con cualquier cosa.

Y, cuando decimos cualquier cosa, hemos de ser conscientes que estamos señalando un amplio espectro de posibilidades a cuál más perniciosas, que más tempranos que tarde llevarán a la perdición de nuestras almas.

A más de uno le puede parecer que exageramos, sin embargo, lo cierto es que un simple grado de desviación en una travesía oceánica, al comienzo de nuestro viaje, podría determinar que acabemos perdidos en el océano en vez de llegar a buen puerto.

Drogas, pornografía, prostitución…

No son pocos los jóvenes perdidos en las fauces de la drogadicción, que empezaron pitando un porro por simple curiosidad o por no saber decir no. Tan cierto como que no sabremos sino después de muertos cuantos fuimos librados de esta maldición por las oraciones de nuestros padres.

Yo tuve un paso no muy efímero por esta experiencia y hoy día, lo acabo de ver con toda claridad, estoy seguro que fui salvado de esta calamidad por las oraciones de mi madre, que todos los días rezaba el Rosario mirando por la ventana del segundo piso a la calle, pidiendo seguramente por sus hijos.

Ser sal y luz del mundo ha sido siempre, pero hoy día especialmente, ir contra corriente. No es fácil cuando todos los malos comportamientos, la laxitud y la permisividad se han entronizado. Es más fácil creer en vampiros, en extraterrestre o en reencarnaciones que en Dios.

El Único Dios verdadero, el Dios de la historia

Al Único Dios Verdadero, aquel en cuyo nombre se sembró de templos el planeta, hoy se le desconoce o se le pretende equiparar con cualquier creencia. Es obra del Demonio que se pretenda poner en el mismo nivel al Dios Padre, revelado por Jesucristo, con la creencia de una tribu primitiva.

Como si lo más importante fuera aquello que el hombre percibe en su interior, antes que el Dios Revelado: el Camino, la Verdad y la Vida. Para ello, se relativiza el valor de la Historia Sagrada y las manifestaciones de la Divinidad en la historia y se pretende descalificar todos los avances en la Evangelización del mundo.

Oración:

Padre Santo, danos la Gracia de perseverar en la reflexión diaria de Tu Palabra, en el Rezo del Rosario y en la Comunión, sabiendo que ellas nos proveerán del alimento y la vitalidad necesarios, para sostenernos como sal y luz del mundo, desde que amanece hasta el ocaso, cada día y en cada situación que debamos afrontar. Nada debe quedar sin se alumbrado por tu luz….Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor, que contigo vive y reina, en unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos…Amén.

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