El que no está conmigo

Lucas 11,15-26 – El que no está conmigo

El que no está conmigo

«Pero, si otro más fuerte lo asalta y lo vence, le quita las armas de que se fiaba y reparte el botín. El que no está conmigo está contra mí; el que no recoge conmigo desparrama».

Viernes de la 27ª semana del T. Ordinario| 13 de Octubre del 2023 | Por Miguel Damiani

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Reflexión sobre las lecturas

El que no está conmigo

De muchos pecados se habla hoy tratando de explicar lo que nos pasa. Sin embargo, creemos que nos hemos olvidado de uno que es fundamental. Por no darle importancia viene erosionando nuestras mentes, nuestros corazones, nuestras costumbres y nuestra sociedad hasta extremos irreversibles: nos referimos a la condescendencia o también conocido como el buenismo. Nos olvidamos que el que no está conmigo está contra mí 

No hemos llegado a aquí de un momento a otro. Ha sido todo un proceso al que hemos sido expuestos durante siglos. Sea que nos hayamos dado cuenta o no, al no actuar en forma decidida y contundente contra estas desviaciones, hoy es a nosotros que Cristo dice: el que no está conmigo está contra mí.

El que no está conmigo

La Iglesia no está conmigo, está contra mí.

Es así de simple. Y claro que la lista la encabeza el Papa y los Cardenales de los que él mismo se ha rodeado. Porque él los ha escogido a drede y con ellos a todo el entorno que los cobija y defiende contra los que sí están con Cristo.

El escenario escogido para golpear el tablero es el Sínodo de la sinodalidad. Una innovación metodológica destinada a promover el Plan e ideología expuesta en la saga ecológica. Es la estrategia para terminar de imponer el Pensamiento Único de los que no están con Cristo.

Estos son del mundo y han decidido Bendecirlo. Bendecir las uniones homosexuales, bendecir la sodomía, bendecir el adulterio, bendecir el sacerdocio femenino y bendecir la modernidad. Esta es la nueva Iglesia Universal, en la que entran todos. Este es un ideal masónico.

¿Cómo llegamos a esto?

Es incómodo y hasta vergonzoso para algunos reconocerlo, pero es la pura verdad. Se resisten a aceptar lo que todo los fieles e incluso los infieles ven. Por eso tenemos a algunos Obispos y Cardenales haciendo malabarismos para explicar o interpretar lo que el Papa, sus Cardenales y Obispos dicen.

¡No se esfuercen tanto! ¡Que ya todos nos hemos dado cuenta que El rey va desnudo! Más bien recuerden ustedes, que el que no está conmigo está contra mí. Y ese estar conmigo se refiere a Cristo, no al Papa. Que nosotros somos cristianos, no papólatras.

No profundicen errores

Queridos Obispos, no se equivoquen. Es tiempo de sacar la cara por Cristo. ¡No permitan que los rebaños que el Señor les ha encomendado sean conducidos al abismo! No se necesita ser teólogo para percibir que nuestro Papa ha escogido una forma de hablar ambigua como una estrategia al servicio de la confusión.

¿A quién le interesa la confusión? Al enemigo. Al que no recoge; al que desparrama. Disculpen si se sienten dolidos y ofendidos por mis palabras. Pero yo no tengo dudas. Mi fidelidad está con Cristo y Su Iglesia, no con sus enemigos. El que no está conmigo está contra mí.

El proceso de secularización

Lo que nos viene ocurriendo en la Iglesia y el mundo, está inscrito dentro del proceso de secularización iniciado con la ilustración y tal vez incluso antes, con la herejía de Lutero. Querer transigir con los enemigos nos ha conducido hasta aquí.

Más vale un momento colorado que cientos amarillo. Hemos dejado pasar y dejado hacer con la esperanza que se den cuenta de su error y se corrijan. Y ahora que se necesita firmeza para defender aquello que nos diferenciaba, ya ni sabemos qué era. ¡Qué nos ha cambiado!

El mundo nos ha engullido

Bueno, no ha todos, gracias a Dios. Los menos comprometidos con el timón todavía podemos darnos cuenta que nos están cambiando de rumbo. Demasiada condescendencia con el enemigo ha terminado por mimetizarnos con ellos.

Así, tenemos una Iglesia obsesionada primero con la lucha de clases, apoyando a gobernantes ineptos y corruptos. Luego con las banderas de la Ideología de Género y ahora último con la Pachamama y el ecologismo. ¿Es que no se dan cuenta? Son las mismas banderas del globalismo y la ONU, copadas por la masonería.

El matrimonio entre el Foro Económico y el Vaticano

El enemigo, con algunos matices, es el mismo. El que no está conmigo está contra mí; el que no recoge conmigo desparrama. Estamos desviando el Camino. Estamos siguiendo al Príncipe de este mundo. ¿Desde cuándo estamos desparramando? ¿Cuándo fue que nos echó tierra a los ojos?

Siempre hemos respondido con condescendencia por no perder popularidad. Así hemos ido dando forma a este híbrido que ha dejado de salar e iluminar. Hoy no hay mucha diferencia entre la propuesta del Papa y de Schwab, del Foro Económico Mundial. Son complementarias. Son los dos extremos de la misma pinza.

León XIII y Garabandal

Desde 1717 hasta nuestros días, es curioso constatar cómo se han ido poniendo paños fríos sobre la masonería. Así, de la fiebre casi mortal de 42 grados sostenida desde Clemente XII que llevó a condenar la masonería en 1738 (a tan solo 21 años de fundada), hasta la Humanum Genus de León XIII, en 1884, no se logró bajar la fiebre.

De tal grado era la amenaza al cuerpo social que se decretó excomunión late sentencia a sus miembros y a cualquiera que se uniera a la secta. Sin embargo, luego de poco más de 140 años, la condescendencia supo, poco a poco, convivir con ella hasta el extremo de convertirse a ella.

Ni la Virgen ni un Papa brillante

Los remedios mandados por la Virgen de Fátima contra los males que extendería Rusia, otra vez, por condescendencia, no se aplicaron adecuadamente. Tampoco se oyó a la Virgen de Garabandal que advertía sobre el comportamiento de obispos y cardenales antes del Vaticano II.

Finalmente, la infiltración masónica fue presumiblemente de tal magnitud que la condena fue ratificada por Ratzinger cuando era prefecto de la Congregación para la doctrina de la fe en 1983. Sin embargo, se dejó de mencionar tal prohibición en el Código de Derecho Canónico, lo que en apariencia fue para muchos suficiente como para concluir que se había anulado la condena.

El que no está conmigo está con Satanás

Lo cierto es que ya en 1963 (en plenas apariciones de Garabandal) el Papa Pablo VI dijo que por una rendija se había colado el humo de Satanás. De allí para adelante parece obvio que la Iglesia ha ido cayendo en una deriva masónica que ni San Juan Pablo II ni Benedicto XVI han podido detener.

¿Y Francisco? Pues por las evidencias es la culminación de las aspiraciones de los que dieron lugar a las constituciones de Anderson. Las coincidencias veladamente expresadas con lenguaje ambiguo dejan poco lugar a duda. No es de extrañar, porque todo está profetizado.

Los capítulos 17, 18 y 19 del Apocalipsis nos hablan de la caída de esta gran ramera, representada por Babilonia. En el Antiguo Testamento se dice que Dios se ha desposado con Israel, sin embargo ella se prostituyo prefiriendo a ídolos. La prostitución era símbolo de idolatría. En el Nuevo  Testamento San Pablo dice que la Iglesia, nuevo Israel, es la esposa de Cristo, pero que en los últimos tiempos defeccionará y será prostituida a los poderes de este mundo. ¡Qué duda cabe!

Tiempos mejores

Los católicos fieles, no tenemos nada que temer, pues todo lo que está ocurriendo nos anuncia que la Segunda venida del Señor Jesucristo está próxima. Esto debe llenarnos de alegría y esperanza. Incluso de ilusión por haber sido elegidos para vivir en estos tiempos.

No, no es masoquismo. Desde que vinimos a este mundo sabíamos que teníamos que estar listos para partir en cualquier momento, que éramos peregrinos. Ahora tenemos tiempo para prepararnos. Que el Señor nos encuentre con las lámparas encendidas. Vivamos cada día, cada hora, como si fuera la última. Tengamos todo listo.

No siempre es fácil, ni se puede. Pero esforcémonos por hacerlo. Perdonemos. No tengamos nada contra nadie. Arreglemos todo lo mejor posible. Pero, ante todo, frecuentemos la Eucaristía, el Rosario, las Visitas al Santísimo. Dejémonos invadir por el Espíritu de Dios. Que Él sea el centro de nuestras vidas. Que estemos con Él siempre. Llegado el momento nos librará y llevará con Él. Es el novio. Alegrémonos. Tengamos listo nuestro ajuar. Cultivemos la pureza de aquí en adelante.

Oración

Padre Santo, ayúdanos a perseverar en lealtad y fidelidad. Ayúdanos a superar todas aquellas rencillas que aun guardamos en nuestros corazones. Que seamos capaces de romper toda atadura. Que puesta la mirada en ti, sepamos volar cada vez más alto, hasta llegar al Infinito. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor, que contigo vive y reina, en unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos…Amén.

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