ha escogido la parte mejor
“Marta, Marta, andas inquieta y nerviosa con tantas cosas; sólo una es necesaria. María ha escogido la parte mejor y no se la quitarán.”
Martes de la 27ª semana del T. Ordinario | 10 de octubre del 2023 | Por Miguel Damiani
Lecturas de la Fecha:
- Jonás 3,1-10
- Salmo 129
- Lucas 10,38-42
Reflexión sobre las lecturas
ha escogido la parte mejor
Frente a lo que estamos viviendo, qué nos quiere decir el Señor con este pasaje del Evangelio de Lucas. Ha costado discernir, pero de pronto lo vemos muy claro. ¿Se puede decir de nuestra actitud que “ha escogido la parte mejor”?
Ocuparos de aquello que realmente vale la pena, es el mensaje que hoy nos lanza el Señor. Si de lo que se trata es de escoger la parte mejor, qué tendríamos que estar haciendo. O, a la inversa, ¿qué es aquello que regularmente parece importante y necesario pero que sin embargo en este momento no lo es?
Discernamos cuál es la parte mejor
Ahora no es momento de ocuparse de aquello que en una situación rutinaria o normal tendríamos que ocuparnos. Tenemos algo mucho más importante al frente. Hemos de fijarnos para escoger la parte mejor, aquella que no nos podrá ser arrebatada.
La situación exige detenernos y reflexionar. No nos dejemos dominar por la rutina o la costumbre. Lo que normalmente es importante y estaría bien visto que nos ocupemos de ello, en este momento es accesorio. Me parece muy claro.
Llenamos nuestro tiempo de rutinas
Este no es tiempo de rutinas. Es un tiempo especial en el que debemos salirnos del cauce diario. Lo que tenemos al frente no es usual. Prestemos atención. Todo lo demás puede esperar. No es malo; es más, es necesario, pero no es importante ahora.
¿Qué es lo más importante hoy? ¿Qué nos dicen los signos de los tiempos? Veamos lo que nos dice el Evangelio de Lucas 12,54-56
54 Decía también a la gente: «Cuando veis una nube que se levanta en el occidente, al momento decís: “Va a llover”, y así sucede.
55 Y cuando sopla el sur, decís: “Viene bochorno”, y así sucede.
56 ¡Hipócritas! Sabéis explorar el aspecto de la tierra y del cielo, ¿cómo no exploráis, pues, este tiempo?
Es momento de escoger la mejor parte
Prestemos atención. El Señor se nos está manifestando de muchas formas y en varios lugares. Detengámonos. Observemos y escuchemos. ¡No sigamos con nuestra rutina! Ésta, en este momento, solo sirve para distraernos. Nos saca de cuadro. Ahora, es una pérdida de tiempo. ¡Atendamos al Señor!
Si, comer es importante. Servir es importante. Hacer lo que está estipulado en nuestro trabajo, en nuestra casa o en nuestra rutina diaria, es importante. Pero en estos momentos estamos frente a una situación excepcional a la que debemos prestar atención por encima de todo.
Dispongámonos a atender
No todos estamos siendo igualmente remecidos. Pero a todos nos llega la información, porque estamos viviendo en un mundo superlativamente conectado. Rusia y Ucrania; Europa; Armenia; USA; Nicaragua; migraciones; Vaticano, el mundo católico y el Sínodo, apostasía, Colombia; Argentina y ahora Palestina e Israel…
¿Qué sigue? ¿Terremotos, maremotos, hundimientos, Jerusalén sitiada, lluvia de fuego? Debemos caer de rodillas y ponernos a orar. Vayamos a confesionario. Pongamos en orden nuestras vidas. ¿Hace cuánto que no te confiesas? Este es e momento. Hoy es el día. No esperes más. Ponte en paz con Dios y el mundo entero. Recibe la Eucaristía.
Hoy es el día del Señor
Todo lo demás puede esperar. Atiende aquello que es primero: la salvación de tu alma. Has una visita al Santísimo. Habla con el Señor. Pídele perdón por todas las veces que le fallaste. Por todo aquello que debiste hacer, que pudiste hacer y no hiciste. Agradece y alaba. Contémplalo en silencio. Escúchalo.
Cuando hayas puesto tu alma y tú espíritu en sintonía con el Señor, anda con Él a buscar, mientras se puede a tus hermanos. Uno por uno: tu cónyuge, tus hijos, tus padres, familiares y amigos. Luego sigue con cuantos te rodean, sin importar quienes sean. No dejes de ocuparte de las cosas del Señor. Escoge la mejor parte.
Oración
Padre Santo, ilumínanos. No permitas que nos vayamos por las ramas. Que, habiéndote escogido, no perdamos en tiempo en cuestiones efímeras. Que nos preparemos para fundirnos contigo en aquel océano inconmensurable de tu amor. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor, que contigo vive y reina, en unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos…Amén.
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