Los católicos

Los católicos y la política

Los católicos y el modernismo

Como todo en el mundo actual, la religión y concretamente la Iglesia Católica no está exenta de la influencia del modernismo. Estas ideas han llevado a los católicos a distanciarse de la política, cayendo ingenuamente redondos, como niños de pecho en el pretendido destierro de sus principios religiosos al ámbito personal.

Los católicos han asimilado, digerido y hecho suyo el concepto que una cosa es la política y otra su fe religiosa. No deben hablar de ninguna de ellas si quieren mantener su popularidad y amistad. Sobre todo deben abdicar de todo principio o manifestación religiosa en público como señal de respeto, si quieren a su vez ser respetados.

Los católicos

Los católicos y la corrección política

La ingeniería social aplicada durante décadas a este grupo social les ha llevado a convencerse que efectivamente es vergonzoso manifestarse abiertamente como católicos en público. Y si quiere imponer sus ideas políticas en ningún caso debe apelar a sus principios o valores cristianos. Ha de hacerlo por la persuasión de sus ideas, sin recurrir a argumentos religiosos; como si se pudiera.

Evidentemente, deconstruida la cultura, los católicos a fuerza de descartar sus argumentos, se han convencidos de que estos son vergonzantes. Ha llegado a la conclusión que no tienen nada que contraponer y han terminado alineándose con las ideologías modernistas, cuando no marxistas u orientales y esotéricas.

El abandono de los fieles laicos católicos

A partir de la mal llamada Reforma Protestante, porque en realidad se trató de una herejía, la jerarquía de la Iglesia Católica no ha sabido lidiar con este problema. Ha pretendido buscar la reconciliación, cediendo posiciones. Esto se ha convertido actualmente en una práctica común, que a muchos nos hacen preguntarnos hasta dónde habremos de llegar. Todo por aplacar el sentimiento de culpa que hábilmente han despertado en nosotros.

Que si somos fanáticos, que si somos conservadores. Que si somos oscurantistas, enemigos de la ciencia. Que si quemamos a miles en la hoguera de la santa inquisición. Que si somos atrasados y ociosos como consecuencia de la sangrienta y abusiva conquista hispana y católica. Las más grandes dosis de este veneno mortal lo recibimos los llamados “latinoamericanos”.

Ofensiva anti católica y anti hispana

Ser católico y español o heredero de la cultura que reúne estas dos características se fue convirtiendo a lo largo de las últimas décadas y  siglos, en el rasgo a descartar. Hay que desecharlo, como la peor combinación que hubiera podido darse en la historia de la humanidad.

Por el contrario, ser protestante y sajón o de cualquier otro origen europeo distinto al hispánico o ibérico, se constituyó en un elemento de distinción y aun admiración. Se les atribuye ingenio, laboriosidad, habilidad en la industria, las finanzas, el comercio y aun en organización social, política y hasta religiosa.

La Iglesia católica, España y la Edad Media

Poco a poco se ha ido promoviendo, divulgando y consintiendo la imagen de oscuridad y retraso en cada uno de estos tres conceptos. Más aun cuando se asocian de una u otra manera. Así para el vulgo, incluyendo la mayoría de los católicos, la Edad Media, permanentemente asociada a la inquisición, la hoguera y la caza de brujas, es un período abyecto y oscuro de la historia, que sería preferible ignorar.

Muy pronto se le hace imposible no sentir vergüenza y culpa por la fe católica heredada de sus padres. Cuando no reniega abiertamente de ella, la esconde, guardándola para el ámbito privado. O la modifica, asumiendo expresiones más “amigables” o aparentemente más populares como el budismo, el yoga o directamente cualquiera de las sectas protestantes.

Es la política un campo de acción para los católicos

Sin embargo hay católicos que tiene el coraje de perseverar, meditando la Palabra de Dios que encuentra en la Biblia y de modo especial en los Evangelios. Se mantienen fieles a la Iglesia, frecuentando la oración y especialmente los Sacramentos. Así, pronto perciben que se trata de la lucha entre dos ciudades de las que habla San Agustín y nos advierte San Ignacio.

Aun cuando Jesucristo ha vencido al Maligno con su muerte y resurrección, los católicos hemos de contribuir a la instauración de Su Reino. Hemos de restaurar el orden querido por Dios, que es un reino de paz y amor. Por cierto, nada tiene que ver con el Nuevo Orden Mundial que las ideologías contrarias a la fe católica buscan imponer por la fuerza.

Papel de la Jerarquía

Por ello es preciso, es una responsabilidad y una obligación que los católicos asuman el deber de participar en política. Pero liderados por la jerarquía de la Iglesia, ya que de otro modo es como enviar a soldados a la guerra, sin oficiales ni estrategas que los dirijan.

La Jerarquía, los apóstoles, tienen el deber de señalar el camino. Esto no es clericalismo. Un buen ejemplo lo tenemos en la Batalla de Lepanto

No pueden los miembros de la jerarquía permanecer en una posición ajena a este compromiso y mucho menos condescendiente con quienes, ya se ve, tienen posiciones contrarias. La Iglesia Católica, es la Única y verdadera Iglesia fundada por el mismo Jesucristo, por quien sabemos que las fuerzas del Mal no prevalecerán.

Todos estos aspectos son tocados con mayor elocuencia, sabiduría y claridad en la riquísima tertulia sostenida entre Juan Manuel de Prada y José Ramón García Hernández, que seguidamente compartimos.

 Ser católico en política

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