fuerzas milagrosas
“En aquel tiempo, el rey Herodes oyó lo que contaban de Jesús, y dijo a sus cortesanos: «Es Juan el Bautista, que ha resucitado de entre los muertos y por eso actúan en él fuerzas milagrosas».”
Sábado de la 17ma Semana del T. Ordinario | 03 de Agosto del 2019 | Por Miguel Damiani
Lecturas de la Fecha:
- Levítico 25,1.8-17
- Salmo 66
- Mateo 14,1-12
Reflexión sobre las lecturas
fuerzas milagrosas
Hasta los paganos saben reconocer los milagros. Tal es el caso de Herodes que confundido cree que Jesús es Herodes a quien mandó decapitar, porque hace prodigios que él atribuye a fuerzas milagrosas. Hasta él reconoce a Jesús como portador de una fuerza que produce hechos extraordinarios.
Esto nos lleva a deducir que incluso los ateos, los que no creen son capaces de distinguir los hechos extraordinarios, sobrenaturales milagrosos en ciertas situaciones y circunstancias; sin embargo –por soberbia-, no son capaces adjudicar estos hecho a Dios, de quien efectivamente provienen.
Tal vez esta imposibilidad sea obra del maligno, que los hace torpes y mezquinos para reconocer a Dios en aquello que razonablemente no puede tener otra explicación. La cerrazón de su alma y sus sentidos es extrema, porque se han dejado sojuzgar por el Demonio, viven rendidos a él.
Profesar la fe
Confesar la fe es Gracia que Dios concede a quien se la pide. Es preciso pedirla en oración para que ella brote, se robustezca y crezca hasta llegar a abarcarnos por completo, manifestándose de modo extraordinario en cada uno de nuestros actos.
Para llegar a amar como Dios nos ha amado es preciso tener fe. Es preciso estar unido de tal modo a Dios, que todas nuestras palabras fortalezca, actitudes y acciones que evidencien Su presencia. Entonces pediremos lo que sea y el Señor nos lo concederá.
Esta es una promesa del Señor, que desde luego Él cumple en quienes nos hacemos uno con Él. A ello deben estar dirigidas nuestras oraciones y todos nuestros deseos, de modo tal que no haya diferencia entre Su Palabra y nuestros actos.
Camino de santidad
Este es el camino de santidad que el Señor nos manda transitar cuando nos dice: sean perfectos como su Padre que está en los cielos es perfecto. Así de exigente y grande debe ser nuestro empeño. No es cosa fácil que se consiga por un conjuro o algo por el estilo, como esperan los hijos de Satanás.
Esto es lo que lleva a los paganos a reconocer los hechos milagroso tratando de explicarlos del modo más absurdo y mágico, idea que han divulgado y que de algún modo prevalece en los menos instruidos, en los que no han tenido la Bendición de conocer al Señor.
Por eso es importante la evangelización, para que todos tengamos la oportunidad de conocer el esplendor de Cristo y la Buena Nueva, que lleva a la humanidad a reconocernos en un nivel superior a la imagen que teníamos de nosotros mismos, por encima de toda creatura.
La Buena Nueva
La Noticia por excelencia, única en la historia, es que somos hijos de Dios y por lo tanto herederos suyos. Amándonos como Sus hijos, Dios solo quiere que alcancemos la Vida Eterna, en la que seremos plenamente felices por siempre.
La noticia sin parangón en toda la historia de la humanidad es que siendo hijos de Dios y como tales, tenemos reservado un lugar preferencial en la Mansión Celeste, cuya llave tenemos en nuestras manos y se llama amor.
Es el amor, tal como Cristo nos ha enseñado con Su vida, muerte y resurrección, la única fuerza milagrosa que puede conducirnos al Reino de los Cielos, estando en nuestras manos accionarla o no. Para ello es necesaria la fe, Gracia que Dios concede a quien se la pide.
Oración:
Padre Santo, te pedimos que nos de las Gracia de la Fe, para amarte a Ti y a nuestros hermanos como Tú nos has amado, dispuestos a dar la vida, si es preciso, como Jesucristo la ha dado por nosotros y sin esperar nada a cambio. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor, que contigo vive y reina, en unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos…Amén.
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