Hay un trabajo constante que hacer. Evangelizar es una tarea primordial. Es el trabajo al que estamos llamados todos. Es importante y urgente. No hay tiempo que perder. La mies es abundante y los obreros pocos, Debemos orar al dueño de la mies para que envíe más obreros a su mies.
El Señor habla claro a sus discípulos. Como siempre, hay que prestarle atención. Hay que escuchar. No es que cada uno vaya y vea cómo se las arregla, sino que da instrucciones precisas. Igual que siempre, la Palabra del Señor es abierta y amplia. Va mucho más allá de la frontera literal.
«¡Dichosa la mujer que te llevó en su seno y cuyos pechos te amamantaron!» Pero Jesús le respondió: «Más dichosos los que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica»
Sábado de la 27ª semana del T. Ordinario | 14 de octubre del 2023 | Por Miguel Damiani
La encarnación de Jesucristo, el Hijo de Dios, ha sido la mayor Bendición que ha podido recibir la humanidad. Se trata de una sublime muestra de amor que nos acerca a Dios y hace posible que alcancemos la vida eterna. Así, dichosos los que escuchan su Palabra, pero mucho más los que la ponen en práctica.
El Señor ha venido a salvarnos. Este es el propósito que Dios quiso llevar a acabo únicamente por amor. No hay, no ha habido ni habrá amor más grade y desinteresado o gratuito que este. Ocurre únicamente por Voluntad de Dios.
«Pero, si otro más fuerte lo asalta y lo vence, le quita las armas de que se fiaba y reparte el botín. El que no está conmigo está contra mí; el que no recoge conmigo desparrama».
Viernes de la 27ª semana del T. Ordinario| 13 de Octubre del 2023 | Por Miguel Damiani
De muchos pecados se habla hoy tratando de explicar lo que nos pasa. Sin embargo, creemos que nos hemos olvidado de uno que es fundamental. Por no darle importancia viene erosionando nuestras mentes, nuestros corazones, nuestras costumbres y nuestra sociedad hasta extremos irreversibles: nos referimos a la condescendencia o también conocido como el buenismo. Nos olvidamos que el que no está conmigo está contra mí
No hemos llegado a aquí de un momento a otro. Ha sido todo un proceso al que hemos sido expuestos durante siglos. Sea que nos hayamos dado cuenta o no, al no actuar en forma decidida y contundente contra estas desviaciones, hoy es a nosotros que Cristo dice: el que no está conmigo está contra mí.
Estamos tan acostumbrados a las películas de violencia. Todo el tiempo nos bombardean con ellas. Y aunque todos las vemos, el mayor daño, con seguridad, lo reciben los niños. Estamos creando monstruos insensibles. No nos dejes caer en la tentación Señor. ¡Que no dejemos entrar al maligno en nuestras vidas, en nuestros hogares!
Leemos de muertes, oímos y hasta vemos noticieros de crímenes y los pasamos por alto, sin reparar realmente en la gravedad de los hechos que se denuncian. Como si los crímenes fuesen parte de la vida cotidiana o la envoltura de cualquier programa, que desechamos con toda naturalidad.
Frente a lo que estamos viviendo, qué nos quiere decir el Señor con este pasaje del Evangelio de Lucas. Ha costado discernir, pero de pronto lo vemos muy claro. ¿Se puede decir de nuestra actitud que “ha escogido la parte mejor”?
Ocuparos de aquello que realmente vale la pena, es el mensaje que hoy nos lanza el Señor. Si de lo que se trata es de escoger la parte mejor, qué tendríamos que estar haciendo. O, a la inversa, ¿qué es aquello que regularmente parece importante y necesario pero que sin embargo en este momento no lo es?
La piedra angular que desecharon los constructores es Cristo. Nosotros tenemos la pretensión de levantar nuestras vidas sin tenerlo en cuenta. Pues mientras más alto subamos, más grande será la caída. Porque sin Él no hay nada que se pueda sostener.
No hay error más grande, y lo estamos viviendo ahora, que pretender edificar una vida, peor aún una sociedad sin tenerlo presente. Jesucristo es la base, el centro de todo lo creado. Sin el nada tiene sentido. Todo lo que hagamos se desgranará como arena al viento.
Sí, es verdad. ¡Cómo no sentirse contento y alegre por el poder depositado en sus manos! Pongámonos un momento en el lugar de estos discípulos. Pero el Señor los trae inmediatamente a tierra. Alégrense porque sus nombres están inscritos en el cielo.
En un primer momento nos sorprendió esta respuesta, como seguramente lo hizo con aquellos discípulos. ¿Qué tiene que ver una cosa con la otra? Es que, lo más importante y el motivo por el cual pueden hace lo que hacen es porque sus nombres están inscritos en el cielo.
« Bajarás al infierno. Quien a vosotros os escucha a mí me escucha; quien a vosotros os rechaza a mí me rechaza; y quien me rechaza a mí rechaza al que me ha enviado.»
Viernes de la 26ª semana del T. Ordinario| 06 de Octubre del 2023 | Por Miguel Damiani
Resulta muy difícil reflexionar la Palabra de Dios, sin tener en cuenta las noticias que nos llegan del “sínodo de la sinodalidad”. A quién le anticipa el Señor diciendo: bajaras al infierno. ¿Qué actitud podemos adivinar en Cafarnaúm, que merece tal advertencia?
No podemos dejar de ver al Papa Francisco en el lugar de Cafarnaúm. Demasiada soberbia; demasiada auto suficiencia. A él y los suyos, no sabemos si jesuitas o masones, o tal vez jesuitas y masones se les ocurrió fundar una nueva Iglesia pasando por encima de todo.