crean en las obras
“Si no hago las obras de mi Padre, no me crean, pero si las hago, aunque no me crean a mí, crean en las obras, para que comprendan y sepan que el Padre está en mí, y yo en el Padre.”
Viernes de la 5ta semana de Cuaresma| 08 de Abril del 2022 | Por Miguel Damiani
Lecturas de la Fecha:
Reflexión sobre las lecturas
crean en las obras
En verdad hay que ser necio y testarudo para no creer en Jesucristo, Hijo de Dios, luego de presenciar las obras que realiza. Muchas veces, con tal de salir con nuestro gusto, con tal de justificarnos, somos capaces de negar que el pasto es verde.
Son nuestros intereses, nuestra comodidad, nuestra soberbia los que nos ciegan y nos impiden ver y aceptar la realidad, la verdad. Nos aferramos de tal modo a nuestras posesiones, a lo que tenemos, que rechazamos cualquier cosa que pueda amenazar nuestra estabilidad.
En el fondo, somos esclavos de nuestros temores. Creer en Dios exige que podamos dominarlos y estar dispuestos a dar ese salto al vacío necesario para alcanzar Su mano. Como lo hace el niño que salta confiado a los brazos de su padre.

Son sus obras las que lo acreditan
Si fuera un perfecto desconocido, tal vez sería comprensible. Pero a Dios le conocemos muchísimo más de lo que estamos dispuestos a reconocer. Todo se lo debemos a Él. No hay lugar en el podamos posar nuestros ojos que de algún modo nos hable de Él. Lo sabemos.
Sin embargo, teniendo en cuenta nuestra incredulidad, el Padre envió a Jesucristo, Su único Hijo, para promover entre nosotros la obediencia a la Voluntad del Padre. ¿Por qué tendríamos que obedecerle? Porque Él nos creó por amor, para vivir en plenitud eternamente.
Ese es nuestro destino. Es allí a donde todos debíamos encaminarnos alegremente. Sin embargo, no lo hacemos. ¿Por qué? Porque dudamos. Porque tememos. Porque no confiamos. Precisamente para eso viene Jesucristo. Para disipar nuestras dudas.
Son nuestras obras las que dan cuenta de nuestra fe
Para aquel que no le baste con constatar la belleza y perfección de cuanto ha sido creado por Dios, Jesucristo obra milagros y prodigios delante de cientos de testigos. Obviamente no lo hace por mostrar su poder, sino para que crean en las obras.
Estos hechos extraordinarios, visibles y palpables por el más sencillo de los mortales tendrían que ser suficientes para que creamos en Jesucristo y en el Padre que lo ha enviado. El Padre, autor de cuanto existe nos ama y quiere que vivamos con Él eternamente.
Son sus obras las que acreditan a Dios. Por un lado, el Padre ha dejado evidencias y huellas poderosas en todo el Universo. Por otro, Jesucristo pasó haciendo el bien, curando enfermos y perdonando pecados. Si no somos cínicos tendríamos que creer en las obras.
Obras son amores y no buenas razones
Esta es la gran lección de hoy. Son nuestras obras las que deben dar cuenta de aquello en lo que creemos. No son nuestras palabras. Ellas no bastan. No son suficientes. Y a esta misma exigencia se adecuó Jesús y tuvo que hacerlo hasta el extremo de dar su vida por nosotros.
Oración:
Padre Santo, danos la Gracia de entender que no hay otra forma de evangelizar más efectiva y contundente que el propio ejemplo. Las palabras, por hermosas que puedan ser no bastan. Hemos de hablar del amor de Dios a nuestras propias obras. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor, que contigo vive y reina, en unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos…Amén.
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