Insultar es dar una bofetada al alma del hermano

El Santo Padre recuerda que los cristianos que dan un testimonio negativo hacen mucho mal a la gente

Es “herético” querer “esto o nada”, no es católico. Lo ha indicado el papa Francisco en la homilía de la misa celebrada esta mañana en Santa Marta, centrada en el “sano realismo” que el Señor ha enseñado a sus discípulos. El Santo Padre también ha subrayado el mal que causan al pueblo de Dios los hombres de Iglesia que hacen el contrario de lo que dicen. Por eso, ha exhortado a librarse de ese idealismo rígido que no permite reconciliarnos entre nosotros.

Jesús, en el Evangelio del día, indica que “vuestra justicia debe superar la de los escribas y los fariseos”. Y a esta afirmación el papa Francisco ha hecho referencia para explicar la importancia del realismo cristiano.

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Mateo 5,20-26 – si su justicia no es mayor

Texto del evangelio Mt 5,20-26 – si su justicia no es mayor

20. «Porque les digo que, si su justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entrarán en el Reino de los Cielos.
21. «Han oído que se dijo a los antepasados: No matarás; y aquel que mate será reo ante el tribunal.
22. Pues yo les digo: Todo aquel que se encolerice contra su hermano, será reo ante el tribunal; pero el que llame a su hermano «imbécil», será reo ante el Sanedrín; y el que le llame «renegado», será reo de la gehenna de fuego.
23. Si, pues, al presentar tú ofrenda en el altar te acuerdas entonces de que un hermano tuyo tiene algo contra ti,
24. deja tu ofrenda allí, delante del altar, y vete primero a reconciliarte con tu hermano; luego vuelves y presentas tu ofrenda.
25. Ponte enseguida a buenas con tu adversario mientras vas con él por el camino; no sea que tu adversario te entregue al juez y el juez al guardia, y te metan en la cárcel.
26. Yo te aseguro: no saldrás de allí hasta que no hayas pagado el último céntimo.

Reflexión: Mt 5,20-26

El Señor nos hace ver de diversas maneras la exigencia de Su Palabra, que va más allá de cuanto estamos habituados. No se trata entonces de hacer lo que todos hacen; nosotros estamos llamados a ir mucho más allá. Nos lo ha dicho de diversas maneras, así que debemos estar atentos y reflexionar al respecto. Fijémonos en la comparación que hace. Parece abismal la diferencia, sin embargo es claro que por ningún motivo podemos considerar como ejemplo o excusa para nuestro comportamiento la forma en que se comportan los escribas y fariseos, es decir los que detentan el poder, de los que sabemos que usualmente son hipócritas y practican la ley del embudo, es decir que siendo ellos los legisladores y los que tiene el deber de velar porque las leyes se cumplan, las aplican de un modo muy suigéneris, siendo muy permisivos con ellos mismos y exigiendo al extremo a los demás. Pues Jesús no nos dice tan solo que debemos ser justos en el sentido que todos esperan, incluso los hipócritas, sino que debemos ir más allá, al otro extremo. Entre dar la muerte a alguien y encolerizarse contra un hermano hay una distancia sideral, sin embargo el Señor quiere que rechacemos a tal extremo esta actitud, que la equipara. Es decir que para cualquiera de nosotros ha de ser tenido por un crimen el encolerizarnos con nuestros hermanos. A qué puede llevarnos esto, si no a vivir de tal modo que jamás, JAMÁS acudamos a la violencia en ningún sentido, ni física, ni verbal y podríamos agregar incluso ni de pensamiento, porque solo así podremos evitar cualquier manifestación externa de cólera. ¡Qué difícil! ¡Cuánto autocontrol se nos exige! Y es que el Camino que nos propone el Señor está muchísimo más allá de cuanto imaginamos o estamos acostumbrados a considerar. Jesús no quiere que hagamos lo que todos, así que la excusa aquella de “es normal”, porque “todos lo hacen”, no entra en ninguna de sus consideraciones. Nosotros hemos de actuar de otro modo, siguiendo el ejemplo de Jesús. Porque les digo que, si su justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entrarán en el Reino de los Cielos.

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